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“Es necesario resguardar la Usina del puerto, el edificio de la vieja terminal y el galpón de trenes”, reclamó la referente de la agrupación Construcción Colectiva, Viviana Roca, y resaltó el rol social que está cumpliendo actualmente la Plaza del Agua para la cultura marplatense, destacando que es el Estado el que debe garantizar que esos tres espacios se recuperen para generar hechos artísticos.
“El hombre desde sus inicios se reunió en torno a un espacio que le permitiera intercambiar la palabra, la política, y la cultura y es el que le da sentido a una comunidad propiciando el reconocimiento de pares en derechos e iguales en posibilidades”, argumentó la concejala con mandato cumplido.
Agregó que “son esos principios básicos en una democracia los que deben impulsar proyectos que integren intereses, promuevan acciones constitutivas de identidad y pongan en valor los bienes culturales tangibles e intangibles de la comunidad”.
Tomando como ejemplo el espacio cultural en que se conformó la Plaza del Agua, Viviana Roca destacó el “uso público” que se le otorgó “que de otra forma se hubiera convertido en un shopping restringido a los intereses del sector privado”.
En relación a la vieja Usina que en dos meses se cumplirá un año de la firma del convenio con la asociación a la que se le otorgaron 700 mil pesos para las obras, la ex edil señaló que “aún no se conoce ni el proyecto ni cuándo empezarán la tarea de reconstrucción”.
En el 2007 después de innumerables acciones públicas encabezadas por el arquitecto Héctor Deschant, que recibió el apoyo del Concejo Deliberante por gestión de la, por entonces concejal, Viviana Roca, lograron que el galpón de trenes no se demoliera y se declarara parte del patrimonio cultural de la ciudad. “Sin embargo, hoy, salvo el cartel que enuncia un futuro centro cultural en el lugar tampoco se conoce pública y claramente su destino”, sentenció Roca.
Sobre el destino del edificio de la vieja terminal de ómnibus manifestó que “la posible privatización del bien generó una importante discusión que terminó en acciones judiciales sin tener un destino claro a casi dos años de su traslado, y con una ley que establecía que el municipio debía hacerse cargo de generar en ese lugar un centro cultural”. Y reflexionó que “muchos pensamos que este tiempo perdido quizás con una gestión adecuada y en conjunto con muchas de las organizaciones que defienden el patrimonio de la ciudad y con el Consejo de Cultura de la ciudad, el destino de este significativo bien cultural estaría adecuadamente definido y en marcha”.
“Es el Estado el que debe garantizar a la comunidad el acceso a diferentes y diversas alternativas culturales”, manifestó la referente de Construcción Colectiva. Y reclamó a las autoridades municipales la necesidad de “resguardar la Usina del puerto, el edificio de la vieja terminal y el galpón de trenes para garantizar el justo e igualitario uso del espacio público”.