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A pesar de que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte entre las mujeres y un tercio de ellas fallece
como consecuencia de esta, persiste la idea equivocada de que es un problema sólo de los hombres. Los factores de riesgo
son los mismos, pero algunos, como el estrés, las afectan más. Por eso la Federación Argentina de Cardiología lleva
adelante una serie de acciones de prevención y concientización a diferentes niveles, ahora en el marco de una campaña
internacional que identifica a esta lucha con el símbolo del vestido rojo.
La enfermedad cardiovascular es un problema no sólo de los varones; pero
aunque una de cada tres mujeres fallece por esa causa y el aumento de muertes anuales por infarto en 10
años en la Argentina duplicó a la de ellos, culturalmente persiste la tendencia a actuar como si el tema no las
afectara. A los factores de riesgo comunes a ambos sexos –a saber, diabetes, hipertensión arterial, obesidad o
sobrepeso, dislipidemia (exceso de colesterol y de triglicéridos), sedentarismo, tabaquismo, depresión, y el
estrés, que en general afecta más a su corazón – se agregan otros factores de riesgo específicos: el embarazo
pretérmino, hipertensión y diabetes gestacionales, la menarca y la menopausia, además de los tratamientos
oncológicos y enfermedades autoinmunes, que también elevan el riesgo cardíaco.
Con el objetivo de que la sociedad tome conciencia de este problema y sea posible desarrollar mejores
acciones de prevención y cuidado para todas, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) celebra hoy el Día Nacional de Concientización de la Salud Cardiovascular en la Mujer, en el marco de una
gran campaña nacional “Mujeres en Rojo Argentina” (adhesión a la iniciativa internacional “Mujeres en Rojo”
–Go Red For Women– liderada por la American Heart Association), que incluye charlas a la comunidad y otras
actividades públicas, difusión de información útil y comunicación interactiva a través de internet y redes
sociales. Esta campaña invita a sumarse a esta lucha identificándose con el vestido rojo o cualquier otra
prenda de este color. La campaña en Argentina impulsa también el tratamiento de una ley nacional para que
esta fecha de concientización sea establecida oficialmente (el proyecto ya tiene media sanción en Diputados).
“Nuestra federación fue y es precursora en la concientización de la sociedad sobre este aspecto específico de la
salud cardiovascular. Existe una falsa percepción de que es un problema que no afecta a las mujeres, y en ese
sentido firmamos este año un convenio para sumarnos a la iniciativa Go Red For Women, que es una campaña
pionera y que va a la vanguardia en la concientización sobre la necesidad de la prevención”, explicó el Dr.
Adrián D’Ovidio, médico cardiólogo (M.P. San Juan N°1704) y presidente de la FAC.
El programa internacional Go Red For Women, al que están suscriptas asociaciones médicas de 46 países
incluye investigación conjunta, desarrollo de materiales de comunicación para la población y entrenamiento
para profesionales en torno de este tema, más un distintivo común que identifica a las entidades que
alrededor del mundo luchan por la prevención de las enfermedades cardiovasculares en la mujer, y que será el
ícono de la campaña de FAC de este año: el vestido rojo. “Al sumarnos a esta iniciativa de alcance mundial, la
Federación Argentina de Cardiología refuerza y consolida el trabajo que viene desarrollando desde hace más de
una década, cuando creó su Comité de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer que hoy preside el Dr. Sergio
Giménez”, sostuvo el Dr. D’Ovidio.
Las directoras de esta campaña, la Dra. Mildren del Sueldo (M.N. N° 19.060 – M.P. Córdoba N° 5.866) y la Dra.
Narcisa Gutierrez (M.P. Nº 2293), expresaron que “en Estados Unidos, Canadá y muchos países de Europa el
vestido rojo ya está plenamente identificado con una alerta roja por la salud cardiovascular de las mujeres, así
como el lazo rosado es reconocido en todas partes como símbolo de la lucha contra el cáncer de mama”.
“Es un llamado de atención para todas las mujeres que no saben que la enfermedad cardiovascular es su
principal causa de muerte, y para que las que lo saben actúen en consecuencia, porque ese conocimiento se
debe traducir en acción, en favor de hábitos de vida más saludables, de hacerse los chequeos médicos
correspondientes y de evitar todas aquellas cosas que dañan nuestra salud cardiovascular y que son
modificables”, señaló la Dra. Del Sueldo.
“Hemos tenido muy buenas respuestas con nuestras campañas en los años anteriores, pero no es suficiente con
hacer una campaña un año, y esta tarea de concientización tiene que ser intensiva”, expresó por su parte la
Dra. Analía Molteni, médica cardióloga y Secretaria de Comunicación de la FAC.
Desconocer es no actuar
“Hasta no hace mucho, se pensaba que las mujeres éramos más resistentes a las afecciones coronarias o
menos propensas a padecer un infarto que el varón, pero hoy en día la mejora de las estadísticas ha
demostrado que la patología cardiovascular está prácticamente igualada en mujeres y en varones, y que la
morbimortalidad ha aumentado, justamente por la falta de conocimiento y por la falta de controles, porque
esas creencias llevaron a las mujeres a pensar que eso no les iba a pasar”, señala la Dra. Molteni.
Efectivamente, cada 11 minutos muere una mujer en la Argentina a causa de una enfermedad cardiovascular.
Entre 2005 y 2015, según cifras oficiales del Ministerio de Salud, la mortalidad de mujeres por infarto de
miocardio aumentó más del doble que en los hombres. En ese período, las muertes masculinas por esa
enfermedad pasaron de 8.820 a 9.916 por año (12% de incremento), mientras que entre las mujeres el
incremento fue del 27% (de 5.676 a 7.204 muertes anuales por infarto).
Las charlas a la comunidad en el marco de la campaña se centrarán, entre otros temas, en la hipertensión
arterial como factor de riesgo y cómo tratarla (especialmente en las mujeres embarazadas), la diabetes tipo II y
el síndrome metabólico, factores de riesgo en los que tienen un papel relevante el sobrepeso y el
sedentarismo, y las dificultades en el cambio de ciertos hábitos de vida que pueden ser letales para el corazón,
y que incluyen, además de la alimentación y la falta de ejercicio, al tabaquismo y la aceleración del ritmo de
vida con la consiguiente sobrecarga de estrés. También se podrá acceder a información clara y detallada sobre
todos estos temas a través de corazonessaludables.com.ar – mujeresenrojoargentina.com.ar y
de los hashtag #ElegíRojoporlamujer y #ElegíSalvarVidas
El mensaje central de la FAC es que esta preocupante prevalencia de enfermedad cardiovascular y sus factores
de riesgo en las mujeres no son un hecho inevitable ni inmodificable, sino que se puede hacer mucho para
revertir sus causas: “Si soy hipertensa y mantengo controlada mi presión arterial, si tengo sobrepeso y mejoro
mi alimentación, o si soy sedentaria y comienzo a hacer actividad física regularmente, tendré mucho menos
riesgo de enfermar mi corazón que si no tomo ninguna de esas medidas”, señaló la Dra. Del Sueldo.
La mujer sufre más el estrés
En los últimos años ha aparecido evidencia suficiente de que a la conocida lista de los factores de riesgo
crónicos para la salud del corazón deben sumarse el estrés y la depresión. La depresión, señala la Dra. Molteni,
es estadísticamente más frecuente en mujeres que en varones.
¿Y el estrés? A lo largo del día, el organismo pasa por diferentes ritmos de producción de adrenalina y
noradrenalina, hormonas generadoras de estrés. “Al levantarse a la mañana, siguiendo su ritmo circadiano
normal, el hombre hace un pico de estas sustancias. Se va a su trabajo: ahí el ritmo puede llegar a
incrementarse, hasta hacer un nuevo pico hacia la mitad del día para luego descender progresivamente, hasta
la mañana siguiente –explica la Dra. Del Sueldo–. Pero lo que se vio es que la mujer vuelve a hacer otro pico de
noradrenalina después de volver del trabajo, y esto es porque generalmente es la que se ocupa de las cosas del
hogar”. Si su corazón está sano, probablemente este “pico adicional” que cotidianamente padece no la afecte,
pero incrementa su presión arterial y su frecuencia cardíaca y, con el tiempo, este efecto acumulado puede
llegar a pesar.
Según relevamientos epidemiológicos hechos –incluso a nivel local, en la ciudad cordobesa de Villa María,
donde se usó una escala denominada HADS (Hospital Anxiety and Depression Scale)-, el 52% de las mujeres
alcanzaban niveles críticos de estrés, mientras que en los varones esa proporción no sobrepasaba el 30%:
“Esto significa que, en general, la mujer sufre más el estrés crónico que el varón”.
“El tema es tratar de manejar el estrés, ya que es imposible vivir sin él”, destacó la Dra. Del Sueldo, quien hizo
hincapié en las situaciones de estrés agudo, como las que se producen ante un hecho de violencia o la pérdida
de un ser querido: “La reacción a estas situaciones puede causar lo que se ha dado en llamar enfermedad de
Takotsubo, miocardiopatía inducida por estrés o ‘síndrome del corazón roto’, una patología que fue
identificaba en el mundo oriental y que en el 90 por ciento de los casos afectaba sólo a mujeres, pero en los
últimos años, sin que sepamos por qué, se ha ‘occidentalizado’”.
La Campaña también presenta su costado parlamentario. Se aspira a que pronto se apruebe el proyecto de ley
para que se declare oficialmente “Día Nacional de Concientización de la Salud Cardiovascular en la Mujer” al
26 de agosto de cada año, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados desde noviembre de
2017, y espera sanción definitiva por parte de la cámara alta: “Elegimos esa fecha por ser el natalicio de la
Madre Teresa de Calcuta, una mujer con un corazón gigante. La idea fue asociar a la prevención cardiovascular
con algo positivo, y el objetivo es que todas las mujeres argentinas tomen el mes de agosto de cada año como
referencia para hacer el control médico de todos sus factores de riesgo cardiovascular, así como se toma el mes
de octubre para hacer los chequeos preventivos de cáncer de mama, por ejemplo”, explicó el presidente del
Comité de ECV en la mujer Dr. Sergio Giménez.
“No podemos cuidarnos de aquello que no vemos; por eso, si la mujer no entiende que la enfermedad
cardiovascular y sus factores de riesgo son una amenaza para ella, nunca va a actuar en consecuencia
–concluye la Dra. Mildren del Sueldo–. Nos hacemos el papanicolaou y la mamografía todos los años porque
desde chiquitas sabemos que después de los 40 años esa es la forma de prevenir el cáncer; y es hora de saber
que también podemos prevenir la enfermedad cardiovascular y para eso tenemos que actuar ahora”.