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En Brasil el miedo invade las favelas a 100 días de los Juegos Olímpicos de Río por el aumento de los homicidios cometidos por la policía
Los residentes de muchas de las favelas de Río de Janeiro viven aterrorizados tras la muerte de al menos 11 personas por disparos de la policía desde principios de mes. Así lo advirtió Amnistía Internacional a 100 días del comienzo de los Juegos Olímpicos.
Sólo en la ciudad de Río, al menos 307 personas perdieron la vida a manos de la policía el año pasado; es decir, uno de cada cinco homicidios cometidos en la ciudad. Mientras, las autoridades no obligan a los responsables a rendir cuentas y cada vez se inclinan más por ejercer la mano dura contra protestas callejeras pacíficas.
“Río de Janeiro no es una ciudad segura. A 100 días para los Juegos Olímpicos, la violencia policial aumentó considerablemente. Las consecuencias están a la vista: la policía usa armas de fuego en manifestaciones pacíficas a quienes disipan con balas de goma con las consecuencias que esto genera. Todo esto es sumamente condenable”, señaló Mariela Belski, directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
“Hasta ahora, la mayoría de los homicidios cometidos por policías no fueron investigados ni se estableció una instrucción rigurosa o directrices operativas sobre el uso de armas “menos letales”, y las autoridades siguen tratando a los manifestantes como “enemigos públicos”.
En los próximos 100 días, las autoridades y los organismos encargados de organizar Río 2016 pueden y deben hacer mucho para evitar que se cometan violaciones de derechos humanos en las operaciones de seguridad pública. Desde Amnistía Internacional llamamos a que las fuerzas policiales de Río adopten un enfoque de la seguridad pública basado en la precaución y la consulta en lugar de continuar con su estrategia de 'disparar primero y preguntar después´.
Se observó un aumento del uso de fuerza excesiva por parte de la policía en el estado de Río de Janeiro en los últimos años, y la mayoría de las víctimas son varones jóvenes y negros de favelas y zonas marginadas.
En 2014, cuando Brasil organizó la Copa Mundial de Fútbol, la policía mató a 580 personas, un 40% más que en 2013. El número en 2015 fue incluso mayor: 645.
Aunque no es posible relacionar directamente este aumento de los homicidios policiales con los preparativos de los Juegos Olímpicos, los datos estadísticos ponen de manifiesto un patrón de uso excesivo de la fuerza, violencia e impunidad que empaña las instituciones de seguridad pública. Muchos de estos homicidios se han cometido en el estado de Río de Janeiro, que albergará los Juegos este año.
En agosto de 2015, Amnistía Internacional presentó el informe “Mataste a mi hijo”: Homicidios cometidos por la policía militar en la ciudad de Río de Janeiro, donde describía con detalle las prácticas policiales de “gatillo fácil” en la favela de Acari en el periodo posterior a la Copa Mundial de Fútbol de 2014. Amnistía Internacional concluyó que, en la inmensa mayoría de los casos de homicidio a manos de la policía militar documentados por la organización en Acari en 2014, había sólidos indicios de ejecución extrajudicial. A pesar de la difusión de los casos y la presión pública, hasta ahora nadie ha comparecido ante la justicia para responder por estos homicidios.
La represión policial en las protestas es otro motivo de preocupación en el periodo previo a los Juegos Olímpicos.
Dos años después de la celebración de la Copa Mundial de Fútbol, cuando Amnistía Internacional también denunció casos de uso excesivo e innecesario de la fuerza por la policía durante las protestas, incluido el uso indebido de armas menos letales, no se adoptaron medidas eficaces para impedir que vuelvan a cometerse abusos policiales.
De hecho, la única legislación nueva relacionada con la seguridad pública en torno a los Juegos Olímpicos es una ley antiterrorista que, en la práctica, podría aplicarse para restringir y penalizar las protestas.