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La directora general de la UNESCO denunció los asesinatos en Siria de dos periodistas, uno de ellos franco-belga, perpetrado en Alepo el 17 de enero, y el segundo, un reportero sirio, en la provincia de Deraa al día siguiente.
Irina Bokova condenó enérgicamente esos crímenes y recordó que se suman a una larga lista de informadores muertos en Siria.
“Urjo una vez más a todas las partes a respetar la condición de civiles de los trabajadores de los medios de comunicación, que cumplen una misión vital al mantener informada a la gente durante las situaciones de conflicto”, apuntó Bokova.
Yves Debay, de 58 años, recibió el disparo de un francotirador cuando compilaba información en el norte de la ciudad de Alepo. Debay se especializaba en temas militares y cubría el conflicto sirio para la revista francesa Assaut, de la cual era fundador.
Por su parte, el reportero sirio de televisión Mohamed Al-Massalma, de 33 años, también fue muerto por un francotirador cuando cubría un enfrentamiento entre el ejército sirio y las fuerzas de oposición en el poblado de Bousra al-Harir. Al-Massalma era corresponsal de la cadena de televisión cataría Al Jazeera.