sociedad
Se sabe, el agua es indispensable para la vida. Entre los múltiples usos que pueden darse a este vital elemento,
está la hidroterapia, que suele realizarse en piletas convencionales, pero adaptadas para ello, con resultados en
muchos casos sorprendentes.
Uno de los procedimientos que se aplican en los programas de rehabilitación es el ejercicio terapéutico; esto
es, la indicación de un movimiento corporal con un formato planificado. Los objetivos son corregir un deterioro
articular o muscular, recuperar un déficit funcional, facilitar desplazamientos y promover la flexibilidad articular y
el adecuado balance del cuerpo. Para alcanzar estas metas, un gran aliado es el ejercicio y los movimientos en el
agua, como lo demuestran las clínicas de rehabilitación más avanzadas del mundo que utilizan la hidroterapia y la
llamada “piscina terapéutica” por sus cuantiosos beneficios en sus pacientes, entre ellos, la sensación subjetiva de
bienestar.
En definitiva, la rehabilitación en agua es una opción terapéutica sumamente válida, ya que reúne características
objetivas y subjetivas de mejoría y de recuperación de la funcionalidad. Estos avances se logran en forma precoz,
permitiendo que los pacientes puedan experimentar sensaciones y logros que no se obtienen en otro tipo de
ejercicio terapéutico.
Fuente: Dra. Miriam Weinberg, Directora de Rehabilitación de Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación