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La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, condenó en los términos más enérgicos el asesinato del reportero estadounidense James Foley en Siria y pidió la liberación de todos los periodistas cautivos en ese país.
Bokova manifestó en un comunicado que existen pocas palabras para describir este crimen abominable, convertido en un cruel espectáculo por su grabación y difusión en video con el propósito de intimidar a los profesionales de la información, a gobiernos y a los ciudadanos.
La UNESCO subrayó que Foley y otros periodistas como él han informado al mundo sobre el conflicto en Siria y el precio que está pagando la población de ese país y agregó que proveer información de una manera precisa es algo vital en cualquier sociedad y algo aún más crucial en tiempos de guerra.
Foley, de 40 años de edad, trabajaba para el GlobalPost, una publicación en la red con sede en Boston y también para la agencia de noticias France-Press, entre otros medios.
El 22 de noviembre de 2012 desapareció mientras informaba de los enfrentamientos en la ciudad siria de Aleppo.