cultura
Con grafiti, esténcils y pegatinas, más de 70 artistas callejeros llegados de 10 provincias argentinas, Paraguay y Holanda crearán un mural de 100 metros sobre una muralla que protege la zona de inundaciones, pero arrasó con edificios históricos. Habrá charlas sobre la acción colectiva en el espacio público y talleres de técnicas de aerosol, pegatina y reciclado de ropa. Además, un escenario, una pista y una feria.
El centro cultural Ricardo Rojas participa en las múltiples actividades a través de la acción del Coordinador de Artes Visuales, Máximo Jacoby, y prolonga de esa manera conceptualmente la muestra de Street Art de 2007.
Con la coordinación de Jacoby se presentan las mesas de Hablarle a la pared, diálogos sobre el aporte de los proyectos artísticos urbanos al desarrollo de las ciudades, cada día a las 18:00, en el Centro Cultural Municipal La Flota -a 200 metros de donde se emplazará el mural-.
Para el sábado está previsto el encuentro Insultar a Bush escribiéndole ¡Guácala!: Las artes callejeras como portadoras de identidad: entre el fenómeno global y las complicidades locales. El domingo se charlará a partir del disparador Los dueños de la calle: ¿Es posible adueñarse de la ciudad tomando la palabra y poniendo el cuerpo en espacios públicos? Rodolfo Walsh dijo que “las paredes son la imprenta de los pueblos”. El lenguaje del muro cuestiona la propiedad privada y tiene un alcance masivo. ¿Los espacios públicos deben ser lugares de neutralización de la identidad, territorios del no-conflicto? Finalmente, el lunes, la pregunta será ¿Quién anda ahí?: Los modos de autoría que propone el arte callejero, de los sujetos a los colectivos.
El festival BARCA –Barranqueras Arte Callejero- se realizará el 15, 16 y 17 de agosto en la avenida Costanera , que corre paralela a la muralla de contención contra las inundaciones, a la altura del centro histórico de la zona portuaria. Allí desembarcarán 70 artistas callejeros de Argentina, más algunos invitados de Paraguay y Holanda, para generar un mural de unos 100 metros con, al menos, el doble objetivo de convertir ese espacio geográfico en un sitio de encuentro y legitimar la acción de las artes callejeras como medio de expresión y contención social, como una acción colectiva en el espacio público.
Antigua como Resistencia, pegada a ella, Barranqueras fue su puerto natural, por donde entró y salió la producción del Chaco y la gente. Una efervescente actividad económica llevó el pan a miles de familias y concitó un casco de bares, tiendas, pistas de baile, prostíbulos y hospedajes donde marineros del mundo deambulaban. El antiguo barrio portuario quedó abandonado cuando las rutas por tierra reemplazaron el transporte en barco, las fábricas de capitales ingleses cerraron y el vaporcito que movía gente y vehículos a Corrientes tuvo nuevo embarcadero en otra costa.
La construcción de una línea de defensa para el Gran Resistencia que la resguarde de las inundaciones aparejó en el tramo del puerto, el sacrificio de ese aglutinado testimonio material por décadas conservado, echándose abajo inmuebles, enterrando avenidas y cercenando calles. Así fue que sobre la ribera del riacho Barranqueras el grupo de artistas callejeros Chaco Stylo parió la idea de pintar el muro que divide al puerto de la ciudad para darle un nuevo significado a esta muralla de cuatro metros de alto, construida en 2005. La idea encontró eco en otras personas que trabajan en la calle y así nació el colectivo BARCA, que se propone tornar el traumático muro en un espacio de reencuentro y abonar el terreno para legitimar una actividad cultural no reconocida a pesar de su gran potencial como medio de expresión, contención y cohesión social.