opinión
Si consideramos los músculos que desarrolla un amateur en el gimnasio, serían perfectamente equiparables a la fibra desarrollada por los argentinos a través de la gimnasia de atravesar crisis.Insidiosos entrenamientos para capear diversos tipos de crisis nos dejan en un lugar que nos permite con valioso fundamento exponer las lecciones aprendidas.
El primer escenario necesario de descartar es la posición inerte, congelada, de “paren las rotativas” que supimos ejercitar en el 2001. Si bien la frase más escuchada fue “hacer la plancha”, el resultado fue una profecía autocumplidora en la que si no producía no vendía y como no vendía no podía producir, con lo cual hemos sido testigos de las bajadas de persiana sistemáticas que en el mejor de los casos tuvieron que empezar de cero en el 2002 y 2003.Sin embargo hemos aprendido que inmovilizar capitales, dejar de producir, deshacerse de personal clave o esperar agazapados a que pase la tormenta nos dejaron secuelas importantes. Éstas hicieron que el tiempo de recuperación sea mayor que el de quienes, sumidos en un plan de crisis, definieron acciones concretas tanto para su mercado, como para su negocio y sus recursos.
Hubo empresas que definieron planes de largo plazo y se ocuparon de conformar la estructura necesaria incorporando talentos del mercado así como formaron a su gente para estar en el lugar preciso cuando la crisis terminaba, permitiéndoles tomar porciones de mercado que antes no tenían.Encontramos ejemplos de empresarios que se rodearon de grandes talentos para desarrollar planes a futuro, mientras otros se deshacían de éstos sistemáticamente.
La crisis mundial, que suma las circunstancias locales hace que nos encontremos otra vez en el gimnasio frente a la posibilidad de fortalecer los pectorales y afrontar adecuadamente esta situación.
Mi visión es que, es éste sin duda el momento de pensar a largo plazo y establecer pautas claras sobre el mejoramiento de las estructuras de trabajo, la posibilidad de ofrecer proyectos desafiantes a los talentos que fuimos desarrollando a través de laboratorios que permitían ensayar escenarios alternativos o incoporar talentos claves a través de procesos de selección más prometedores que antaño.Los años de bonanza nos permiten obtener beneficios de la productividad de los recursos, muchas veces sin destinarles el tiempo necesario para crear bases sólidas a través del desarrollo y la capacitación.
La crisis nos muestra un escenario impensado en la sobre demanda, que es la permanencia del talento. La alta rotación a la que veníamos acostumbrados no nos daba tiempo para el desarrollo de la gente y el usufructo del mismo. Hoy la permanencia es una posibilidad cierta con lo cual las empresas tienen mayor certeza de estar invirtiendo en ellas mismas.Del mismo modo somos consultados por profesionales altamente talentosos que han quedado disponibles debido a los ajustes de las empresas más golpeadas por la crisis.
En este sentido vislumbramos un segundo semestre del 2009 con grandes oportunidades para las empresas que requieran la contratación de mandos medios estratégicos ya que les será más fácil encontrar talentos así como negociar salarios y beneficios.
En el ámbito de Selección Estratégica de RRHH, encontramos que los profesionales ya no se “venden al mejor postor” sino que indagan sobre la solidez de la empresa y sus números, el proyecto y la posibilidad de crecimiento de la posición y del negocio en sí mismo para tomar la decisión de ingreso a una empresa aún cuando estén sin trabajo.
Aquellas empresas que interpreten adecuadamente este escenario están frente a una gran oportunidad que puede darles grandes ventajas competitivas a futuro. Por ello, si algo hay que hacer diferente que en el 2001, es poner en actividad las estructuras, los planes y la estrategia de continuidad a través de una apuesta fuerte en los recursos claves cuya actividad está directamente relacionada con la rentabilidad del negocio.
Luis Pasteur dijo: “El azar favorece a la mente preparada”. Entendiendo que los toques de suerte existen, encontramos que la diferencia en el resultado estará entre aquellos que hayan trabajado y se hayan preparado para hacer rendir al máximo este “golpe de suerte”, transformándolo en la gran oportunidad de ser los mejores y aquellos que simplemente lo verán como un día que ocurrió algo mejor y diferente de otros días en los que las cosas son rutinarias y sin sobresaltos.
“Ser los primeros cuando la crisis pase” no debiera ser una declaración de pensamiento sino un ejercicio de la inteligencia operativa de las organizaciones. Es a ellas a quienes les tendemos nuestra mano y les decimos que estamos trabajando en esta línea y contamos con las herramientas para ayudarlas….
Por Cynthia Cuculiansky
Socia de Consultoría en RR.HH. de BDO, http://www.bdoargentina.com/