política
En un comunicado a los medios, los diputados porteños Juan Cabandié, Francisco “Tito” Nenna, Gabriela Alegre y María José Lubertino (BLOQUE ENCUENTRO POPULAR PARA LA VICTORIA) se refirieron sobre el tema de la designación del ministro Abel Posse y el gobierno de Mauricio Macri.
El comunicado señala: Las declaraciones antidemocráticas del ministro de Educación porteño, Abel Posse, no son un fantasma del pasado. El respaldo político que el propio Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, le dio al reaccionario diplomático representa un pisotón en la sábana con que la derecha pretendía velar su carácter fascista, deja al descubierto que el titular del Ejecutivo local está en contra de los juicios a los represores de la última dictadura y reduce la inseguridad a su propia necesidad de reprimir mientras apadrina la concentración económica y la transferencia de los fondos públicos a los sectores privados.
Si 26 años de vida en democracia más la incuestionable historia de las Madres de Plaza de Mayo y los organismos que lucharon por el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad no bastan para que los nefastos apologistas de las picanas y las bayonetas se callen por respeto a las víctimas del terrorismo de estado, la cuestión no es un problema que se conjuga en pretérito. La sepultura de esa historia y el manto de silencio que quieren imponer, a caballo de una propaganda malintencionada que sugiere con torpeza que la política de Macri mira hacia delante y es cool, se emparda con la manipulación a la prensa y la censura más brutal que practicaran entre 1976 y 1983.
Los pronunciamientos de Posse y las justificaciones que esgrimió su jefe político se inscriben, además, en el marco del reagrupamiento de los que pretenden retornar al neoliberalismo en América latina, sea por las urnas o por la fuerza. No es casual que la derecha apelara al golpe de Estado en Honduras hace casi seis meses ni tampoco obedece a obras del azar el hecho de que en Bolivia las clases altas busquen a través de la violencia lo que no consiguen con los votos, en Venezuela tilden de autoritario al mandatario Hugo Chávez y en Colombia utilicen el combate al narcotráfico para aniquilar a los campesinos que se oponen al gobierno de Álvaro Uribe.
En este contexto regional, el discurso de Posse cobra una carnadura amenazante para todos los sectores comprometidos con las instituciones de la democracia y las libertades públicas. Ni siquiera valen las excusas de aquellos que, malabarismo argumental mediante, sostienen que el funcionario incurrió en un “exceso” o hizo uso de su “polémica” verba.
Cuando se trata del terrorismo de Estado, las responsabilidades son imprescriptibles y la línea que divide el respeto a la democracia de las afrentas golpistas, innegociable. Como legisladores honrados por el voto popular, no vamos a permitir que la derecha ataque los cimientos de un sistema que siempre defendimos ni callaremos ante el sostenimiento en la cartera educativa de un personaje con impulsos necrófilos que considera “estúpidos” a los jóvenes y “troskoleninistas” a los que luchan por un país distinto del que los militares nos legaron.
Porque estamos convencidos que los fantasmas no existen pero reconocemos a los actores que se disfrazan así para sembrar terror, hacemos público nuestro más enérgico repudio al nombramiento de Posse. Por los 30 mil compañeros desaparecidos, exigimos la renuncia del indigno diplomático, responsabilizamos a Macri por el conflicto que esa designación genera y mantenemos nuestro compromiso con la lucha por la justicia y la igualdad.