lunes, 14 de diciembre de 2009

LESIONES POR ACTIVIDAD FÍSICA ENCUENTRAN RESPUESTA EN LA OZONOTERAPIA


sociedad

Cada vez, con mayor frecuencia, hombres y mujeres de todas las edades se interesan por estar en buena forma. A diferencia de lo que ocurría diez años atrás, hoy ha aumentado significativamente el número de personas que realizan actividad física. El Censo Deportivo 2000, un estudio exploratorio sobre los hábitos de actividad física y deportiva de la población, realizado por la Secretaría de Deporte y Recreación ese año, reveló que la mayor concentración de la actividad física en los dos sexos ocurría hasta los 19 años; luego, el porcentaje caía, con un descenso más abrupto entre las mujeres que en los hombres. Actualmente, en Estados Unidos, el 15% de la población va a un gimnasio y en la Unión Europea , lo hace el 7 %. En la Argentina, en 2008, la primera Encuesta Nacional de la Industria de Gimnasios demostró que el 3% de la población asistió a un gimnasio. La misma investigación estimó que el mercado crecería un 15% y pondría en circulación más de 600 millones de pesos.

Sin embargo, hacer actividad física sin contar con la preparación necesaria puede ser un arma de doble filo. Tanto al comenzar la primavera, cuando mucha gente quiere bajar los kilos de más, como en invierno, cuando se puede disfrutar de la temporada de ski, son numerosas las consultas por lesiones deportivas. Y, si bien éstas son ocurrencias diarias comunes, la realidad indica que dos tercios de ellas pueden evitarse. Las que más frecuentemente aparecen son: esguince, fatiga muscular, distensión, desgarro, luxación y tendinitis. La lesión suele ser resultado de un hecho traumático. Es aguda y accidental, cuando la colisión de un cuerpo contra el suelo o contra un objeto vence la resistencia de los tejidos que, a pesar de estar adaptados a ese esfuerzo, se lesionan por efecto de la velocidad desarrollada. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran el dolor severo repentino, la hinchazón y la imposibilidad de apoyarse o movilizar el miembro lesionado. La lesión también puede ser crónica y habitualmente se debe a la repetición de un gesto deportivo que, con el tiempo, produce en el organismo un micro-traumatismo. Este daño se conoce como lesión por sobrecarga o lesión crónica, porque la carga de trabajo es mayor a la que es capaz de soportar un tejido determinado (tendón, ligamento o músculo).

En cuanto a los abordajes, en la actualidad existen diferentes instancias de tratamiento que permiten evitar o retrasar la realización de un procedimiento de mayor complejidad como puede ser una cirugía. Entre éstas se cuentan la kinesiología, la fisioterapia y la ozonoterapia. Por sus potentes efectos anti-inflamatorios y analgésicos, esta última actúa como una herramienta terapéutica que acompaña el tratamiento convencional de estas afecciones. El ozono disminuye los mediadores químicos que participan de la inflamación y del dolor. Cura sin cicatriz o con una cicatriz mínimamente fibrosa - biológicamente el organismo repara las lesiones con una cicatriz fibrosa, dura, poco elástica, que puede volver a lastimarse -. La cicatrización inducida por la oxígeno-ozonoterapia es mucho más elástica, blanda, con lo que es mucho menos frecuente la repetición de la lesión.

Es un recurso terapéutico no invasivo, indoloro y altamente eficaz para el tratamiento de las lesiones deportivas. No reemplaza los tratamientos convencionales que se utilizan en la medicina deportiva, sino que constituye un complemento terapéutico ideal para acortar el tiempo de restablecimiento y mejorar la calidad de recuperación final del deportista y su rendimiento post-lesión.

Los primeros datos del ozono en el uso médico datan de la Primera Guerra Mundial , cuando se comprobó su extraordinario poder desinfectante sobre heridas de guerra. A partir de la década de los 50’ y los 60’ , en Gran Bretaña, se realizan investigaciones y estudios encaminados a su incorporación al arsenal terapéutico. Así, en Italia, en Facultades de Medicina y Hospitales de Roma, Florencia, Bolonia, Nápoles y Milán las investigaciones durante esos años, y los resultados obtenidos, condujeron a la creación de la Asociación Científica Italiana de Ozonoterapia (1983). Posteriormente, se crearon Asociaciones Nacionales de Aplicación de Ozono (Alemania en 1988, Austria, Bélgica, Gran Bretaña, Rusia, Grecia, México, Argentina) y transnacionales (Asociación Iberoamericana de Aplicación de Ozono en 2006). Desde 1991, en muchos de estos países el Sistema de Salud incluye entre sus prestaciones los tratamientos con ozono para problemas angiológicos y vasculares.

Así, el uso de la ozonoterapia se ha difundido cada vez más en el mundo, con sostenido desarrollo, investigación y rigurosidad científica. En 1982, se llevó a cabo un estudio en Alemania con 384.775 pacientes, a los que se aplicaron un total de 5.779.238 tratamientos con ozono. Del total, sólo se observaron un 0,0007% de efectos adversos. Existen muy pocos tratamientos con ese nivel de seguridad. En el tratamiento de la hernia de disco intervertebral aguda, los resultados en los 500 pacientes tratados en el Instituto Argentino de Ozono Terapia (IAOT) en los últimos 6 años, muestran que en el 91% de los casos el dolor desaparece en las primeras 5 semanas. Un estudio con más de ocho mil pacientes, presentado por médicos estadounidenses en abril de este año, halló que inyectar una mezcla de oxígeno y ozono en una hernia de disco alivia significativamente la presión sobre los nervios y el dolor del paciente. Otro estudio mostró que el tratamiento con oxígeno y ozono actúa reduciendo el volumen del disco por medio de oxidación con ozono. Buena parte de la investigación sobre la terapia de oxígeno y ozono se ha realizado en Italia, en donde se cree que hasta 14 mil personas han sido tratadas en los últimos cinco años.

Asesoró Instituto Argentino de Ozonoterapia. Doctor Grangeat M.N: 40355

Más Información en Internet: http://www.iaot.com.ar/