sociedad
Greenpeace condenó enérgicamente la arrogancia de los jefes de Estado de los países más poderosos del mundo al presentar un acuerdo ineficaz para combatir el cambio climático en la Cumbre del Clima de Copenhague.
En la noche de ayer, los países negociadores debatieron fuertemente para definir el estado del llamado "Acuerdo de Copenhague ", mientras la Cumbre de Copenhague sobre el clima llegaba a un cierre poco glorioso, incoherente y ferozmente disputado.
El Director Ejecutivo de Greenpeace International, Kumi Naidoo, advirtió: "El mundo se enfrenta a una trágica crisis de liderazgo. En lugar de unirse para garantizar el futuro para cientos de millones de personas al aceptar un acuerdo histórico que permita evitar el caos climático, los líderes de los países más poderosos del mundo traicionaron a las generaciones futuras y actuales. Evitar la catástrofe climática se ha vuelto mucho más difícil".
A pesar de que el Acuerdo de Copenhague fue aclamado por algunos como un paso adelante, no lo es. De hecho, ni siquiera ha sido formalmente aprobado por la Conferencia de las Partes (COP). No contiene medidas fuertes de reducción de emisiones en los países desarrollados. Es una gran concesión a las industrias contaminantes del clima, especialmente al sector de los combustibles fósiles, que presionó fuertemente para socavar un acuerdo y ahora tiene licencia para seguir contaminando.
Sin embargo, se establecieron algunos puntos más para la creación de un nuevo Mecanismo de Financiación del Clima y se acordó en la necesidad de una financiación a gran escala, de hasta 100 millones de dólares al año, que permita a los países en desarrollo proteger sus bosques, poner sus economías bajo un modelo de bajo carbono y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Además, los países en desarrollo acordaron tomar medidas voluntarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementarlas si el apoyo financiero es proporcionado por los países desarrollados.
La conferencia no acordó un camino a seguir para establecer un acuerdo jurídicamente vinculante. Aunque las negociaciones continuarán el próximo año, la pérdida de un objetivo "jurídicamente vinculante" hizo de la Cumbre de Copenhague una enorme oportunidad perdida. El mundo tiene ahora que reanudar el viaje en el camino de Bali a México, donde un acuerdo justo, ambicioso y jurídicamente vinculante para evitar el catastrófico cambio climático debe ser adoptado.
"Esto no terminó, las personas de todo el mundo exigían un acuerdo real antes de que la cumbre empezase y lo siguen exigiendo todavía. Aún podemos salvar a cientos de millones de personas de la devastación de un mundo que se calienta”, concluyó Naidoo.