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FLEXIBLE. Es un laboratorio de arte multimedia para chicos y chicas de entre 7 y 12 años, donde diseñan y crean obras, juegos y programas de su autoría. Trabajando desde una mirada plural sobre los procesos artísticos donde la utilidad creativa de los dispositivos tecnológicos tiene un rol principal; Flexible propone una dinámica lúdico-experimental innovadora para desarrollar el amplio potencial de creación presente en las primeras etapas de la vida. En enero abre sus cursos de verano.
Los Cursos de verano se inician el lunes 17 de enero. Flexible queda en Costa Rica 4880, Palermo. Contacto: 15 5737 0968 / flexiblelaboratorio@gmail.com
Flexible. Es un laboratorio de arte multimedia para chicos y chicas que nace de un trabajo de investigación que vincula al arte, la tecnología, la educación y su entorno; reflexionando sobre las posibilidades de vincular las prácticas artísticas contemporáneas al espacio formativo, desde una dinámica lúdica-experimental. Flexible invita a experimentar, investigar y acercarse a la construcción de un modelo de práctica artística, previamente diseñado desde una idea.
Se desarrollan aspectos de las artes más tradicionales; y en otra fase pueden estar desarrollando una disciplina tecnológica, sin ningún grado de jerarquías. Se pone el foco en la interdisciplinaridad de las actividades a modo de romper con la división establecida históricamente de áreas de conocimiento (aprendizaje implementado en gran medida desde la educación formal en institutos educativos), con la intención de generar relaciones y puentes entre los diferentes elementos, con múltiples puntos de vista que se vinculan y/o contraponen entre sí.
Los asistentes encuentran resultados vinculados a sus intereses y deseos. Allí radica el génesis del aspecto lúdico de cualquier experiencia, disfrutar del traslado y aprender a dejarse llevar en este sin estar atado a la finalidad del mismo.
Flexible se propone correr a los niños y adolescentes del rol de usuarios de la tecnología otorgando los contenidos tanto prácticos como conceptuales para abordar a los dispositivos tecnológicos como objetos abiertos y no cerrados como el mercado pretende simular. Para generar con y junto a ellos estrategias creativas cercanas a sus propuestas e intencionalidades. Así, se abre una búsqueda en el marco de la apropiación de las ideas.
Se busca generar estrategias de producción tanto individuales como grupales mientras aprenden a articular diferentes comportamientos dentro de una dinámica grupal como la adhesión, complementariedad, cambio de roles, sin perder sus propios intereses y objetos de deseo.
A contramano de las teorías y mandatos que demonizan el uso de las nuevas tecnologías en niños, niñas y adolescentes; Flexible es un espacio donde se enchufan con su propia creatividad, sin miedo a usar lámparas que los iluminen, técnicas de animación, robótica creativa, programación, sonido y video o una caja negra que refleje su propia mirada desde un proceso mucho más extenso que sólo apretar el pulgar para hacer click. Lo importante no es el tecnicismo, sino que los chicos puedan construir su propia mirada. Los chicos tienen la posibilidad de jugar con juegos electrónicos que fueron previamente programados por ellos.
En esta propuesta, los botones no son enemigos ni disparan sólo tiros, goles o carreras ya pre-programados; sino sus aliados para desarrollar sus puntos de interés.
Flexible surge para generar puentes entre distintos sectores del arte y para que los niños hagan procesos creativos independientemente de las disciplinas artísticas por las que transiten. Lo importante no es pensar “con qué” hacen arte, sino “cómo lo hacen”. Lo esencial es que aprendan a pensar por sí mismos más allá de las herramientas que utilizan para plasmar en diferentes formatos de obras su imaginación.
El objetivo es que ese desarme termine en un armado de una composición sonora entre fases, un juego corporal interactivo o una pintura digital en tiempo real. La idea es entregar los materiales desnudos (desde un teclado hasta el óleo) para que los chicos se puedan preguntar que quieren hacer con eso.
Transitar la infancia en el 2000 (y el 2011) no tiene por qué ser menos lúdico que diez, veinte, treinta o cien años antes. Ni ser tan autómata como para sólo saber apretar enter sin entender el juego previo al juego. En contra de la idea de dormir o anular a los más pequeños a través de la tecnología y, también, que toda creatividad posible está despojada de las nuevas herramientas de este siglo, Micaela Puig y el equipo de Flexible, inventaron un laboratorio de arte que no sólo suma nuevas disciplinas sino que conecta la tecnología con la posibilidad de abrir espacios lúdicos para la infancia, sin represiones, ni una creencia despectiva de la época actual, sino para abrirles a niños, niñas y adolescentes nuevas y palpables puertas hacía la imaginación en el Siglo XXI. Se les propone a los asistentes realizar experiencias con el objetivo que ellos lleguen a sus propios proyectos para desarrollar y que los coordinadores simplemente los acompañen. La idea es que sepan cómo llevar adelante sus proyectos, sin estar permanentemente de la mano de profesores.
La práctica empezó en abril del 2010 junto a Gerardo Della Vecchia (Licenciado en Artes Electrónicas), Jorge Crowe (artista), Eugenia Díaz (artista cinetográfica). En la práctica, el ruido y los intereses de los chicos no sólo no desilusionaron o sobrepasaron a Micaela Puig y todo el equipo sino que los incentivaron a que Flexible crezca. Ahora se incorporó Alejandra Reig (artista y docente), como así también numerosos artistas invitados según la especificidad de la experiencia a transferir, entre ellos Mariano Crowe en programación para chicos, Alfio Demestre óptica, Leonello Sambón coordinador de los grupos para adolescentes. Están funcionando dos laboratorios semanales para chicos de 8 a 12 años, y a partir de este año habrá propuestas para chicos de 6 y 7 años y adolescentes.
Además, el laboratorio crece y el espacio en el que se desarrolla se va a expander y ocupar dos plantas -en medio de Palermo- para que la creatividad tenga cada vez menos límites, también físicos.
La premisa no es otorgarles elementos pictóricos y ponerlos a pintar naturalezas muertas, ni abordar a la tecnología como una “herramienta” para potenciar un “uso” con el que ellos -tal vez- están ya muy familiarizados; sino trabajar con estrategias de intervenciones urbanas y al igual que en la propuesta para chicos, reforzar aún más el acompañamiento en sus propuestas y por consecuencia desarrollo de sus proyectos artísticos, reclamar mejoras en su escuela hasta para remodelar sus cuartos!
En una época de mucha estigmatización y exclusión de los jóvenes, el objetivo es que los y las adolescentes “se sientan parte” y que vengan a romper con la idea de la Propiedad privada del artista, para apropiarse de un espacio personal-social vinculado a sus intenciones y deseos.
Cursos de verano: Lunes, miércoles y viernes, de 15:00 a 18:00. Desde el lunes 17 de enero, hasta el viernes 25 de febrero. Importante: Este taller está dirigido para chicos de 7 a 12 años. Pero hay otros para adolescentes.