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En el salón de actos de la sede “Arenales” de la Universidad de Buenos Aires, el rector Rubén Hallú, entregó a Sara Susana del Valle Trimarco, el diploma y la medalla que la acreditan como Doctora Honoris Causa de esa casa de estudios, lauro que -al decir de la secretaria de Asuntos Académicos, Catalina Nosiglia “fue otorgado desde 1886 a 344 académicos de diferentes disciplinas: artistas, estadistas, religiosos y defensores de los derechos humanos. Este es el caso de Susana Trimarco, defensora de los derechos humanos de las personas privadas de su libertad, quien, con su lucha, puso al descubierto una red delictiva escalofriante de trata de personas en la Argentina”.
Al iniciarse el acto, se leyó una carta dirigida al Rector por Estela de Carlotto, de viaje por Italia, en la que le pide que “transmita a la homenajeada la felicitación por tan merecido reconocimiento, de todas las abuelas de Plaza de Mayo”.
En el estrado -además del rector Hallu, la secretaria Nosiglia y la homenajeada-, se encontraban el jefe de Gabinete del Gobierno Nacional, Juan Manuel Abal Medina y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, en tanto se veía en las primeras filas a Micaela, hija de Marita Verón; a la vicejefa del Gobierno de la Ciudad, María Eugenia Vidal; a representantes de organismos de derechos humanos; a los decanos Alberto Barbieri, de Ciencias Económicas, y a Beatriz Guglielmotti , de Farmacia y Bioquímica, junto a secretarios de la UBA, docentes y no docentes.
Susana Trimarco agradeció a todos los presentes, y tuvo palabras de reconocimiento para la presidenta de la Nación; para el jefe del Gabinete de Ministros del gobierno nacional; para el presidente de la Cámara de Diputados; para la vicejefa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y para el rector de la Universidad, Ruben Hallu, por el diploma y la medalla otorgadas, “porque no es un reconocimiento más, son estos once años de lucha, es toda mi vida”.
Después de dar cuenta de sus comienzos “de la nada”, dijo: “Me convertí en todo, porque yo a las chicas aparte de rescatarlas, tenía que darles un lugar seguro, y las llevaba a mi casa, y les daba la cama y la ropa de mi hija. Las llevaba al médico, las acompañaba a declarar, no las dejaba solas. Golpeaba puertas, buscaba sus familias. Y todo ese recorrido de mi vida que para mí sigue siendo un sueño porque yo cierro los ojos de noche y me duermo con la imagen de Marita y pienso todos los días en que ya la voy a encontrar, no voy a parar hasta no saber qué hicieron con mi hija, y estos jueces corruptos de Tucumán van a pagar porque de la justicia divina de Dios nadie se escapa”.
Por último, el rector Hallu, le dijo a Susana Trimarco: “Yo creo que no tiene que agradecer nada, al contrario, estábamos en deuda con usted. Porque nos hace bien distinguir a personas, que sean capaces de dedicar su vida en pos de sus nobles principios. Verla a usted con esa entereza para seguir luchando, realmente es digno de admiración. Cuente con la Universidad para lo que haga falta. Nosotros tendremos el orgullo de decir que Susana Trimarco se integra al grupo de doctores Honoris Causa de nuestra universidad, una universidad pública, gratuita como es la nuestra, que tiene como objetivos los problemas sociales y cómo trabajar para la población. Mi más profundo deseo es que se cumpla su deseo que ya sabemos cuál es y permítame decirle gracias en nombre de la sociedad”.