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Abuelas de Plaza de Mayo celebró, por un lado, la detención del agente civil de la Fuerza Aérea Francisco Gómez, vinculado a la desaparición de Patricia Roisinblit -hija de la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Tarlovsky de Roisinblit- y de José Manuel Pérez Rojo; y, por otro, destaca las tres condenas a los responsables de la apropiación del hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola.
Gómez será indagado por la privación ilegal de la libertad de José y Patricia, padres del nieto Guillermo Pérez Roisinblit. El procedimiento fue dispuesto por el juez Daniel Rafecas y llevado a cabo por la Interpol.
José y Patricia fueron secuestrados el 6 de octubre de 1978. La joven, embarazada de 8 meses, estaba junto a su hija Mariana, de 15 meses, quien fue entregada a su familia paterna.
La pareja permaneció detenida en la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA) en Morón, donde trabajaba Gómez, hasta que Patricia fue trasladada a la ESMA para dar a luz. En noviembre de ese año, en un parto atendido por el obstetra del Hospital Naval Jorge Luis Magnacco, nació el hijo de la pareja. A los pocos días, el bebé fue separado de su madre e inscripto como hijo propio por Gómez y su mujer, Teodora Jofré.
Recién en el año 2000 Guillermo conoció su verdadera identidad. En 2005, Gómez fue penado con siete años y medio de prisión por su apropiación señalaron desde Abuelas.
Por otra parte, desde Abuelas destacan que el TOF 4 dictó su veredicto en la causa por la apropiación del hijo de Eduardo Cagnola y Liliana Pereyra. Si bien tanto los apropiadores Cristina Mariñelarena y José Bacca como la entregadora Inés Graciela Lugones fueron condenados a sólo seis años de prisión -una pena menor a otras por este mismo delito- las Abuelas celebran que una vez más los responsables del robo de sus nietos fueron juzgados y condenados por un Tribunal de la democracia.
