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El ministro de Ciencia, Lino Barañao, presentó iniciativas para la puesta en valor de "El Shincal", uno de los sitios arqueológicos del Imperio Inca más importantes del país, a través de un acuerdo con el Conicet, el Ministerio de Turismo de la Nación y el Gobierno de Catamarca.
Durante la presentación, en el Museo de Bellas Artes, Barañao expuso las iniciativas para la revalorización de la ciudad precolombina que fuera construida en algún momento del siglo XV. La ceremonia contó además con la presencia del secretario de Cultura, Jorge Coscia; el presidente del Conicet, Roberto Salvarezza; y el subsecretario del Consejo Federal de Ciencia, Hugo De Vido.
El Shincal se ubica en el Departamento de Belén, 6 kilómetros al noroeste de la ciudad de Londres, provincia de Catamarca; y representa uno de los sitios provinciales incaicos más importantes de todo el Tawantinsuyu. Se trata de tres pequeñas lomas aisladas con construcciones en sus faldas. La parte principal de las ruinas consta de una serie de recintos rectangulares cuyas paredes de piedra alcanzan más de dos metros de altura. El sitio fue planificado no sólo como una capital político-administrativa, sino también como centro ceremonial.
El Shincal preserva no sólo las ruinas arqueológicas incaicas sino un verdadero jardín botánico de especies autóctonas y fauna. El conocimiento y la comprensión de los orígenes de las distintas sociedades que lo habitaron revisten una importancia fundamental para toda la humanidad.
“Cuando visité El Shincal me impresionó su magnificencia pero también la pasión de quienes estaban relacionados a la zona, por el sentido de pertenencia, porque es parte del legado cultural que a muchos les fue expropiado”, expresó el ministro y remarcó que “antes de la llegada de los españoles, en el Imperio Inca había una estructura política que utilizaba la tecnología para garantizar la calidad de vida de las personas, y ese mismo discurso es el que tenemos ahora, varios siglos después”.
“Lo que estamos tratando de hacer es una tarea de valorización de este patrimonio, se trata de un acto de reparación histórica; recuperar El Shincal es recuperar la identidad”, concluyó Barañao.