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Desde el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), aseguran que en los últimos años, se ha registrado un considerable aumento de pacientes que padecen trastornos de ansiedad y que es común que a fin de año tiendan a intensificarse debido a las situaciones de esta época del año que fundamentalmente provocan estrés.
Es de destacar que todo cambio puede producir estrés, y el fin de año no escapa a ello, ya que es una época de balances y proyectos a futuro. A este año en particular se le suma la incertidumbre económica y la situación social del país.
“Todo cambio provoca estrés, nadie escapa a ello: exámenes, fiestas laborales, eventos sociales a los cuales es necesario asistir, momento de balances, época de replantear proyectos a futuro, etc. A todo ello se le suma el cansancio acumulado durante el año, lo cual hace que el individuo disponga de menor energía y recursos para afrontar cada situación cayendo entonces en el agotamiento”, explica a masquenoticias.com.ar la Licenciada Martínez Castro, directora del CEETA.
La especialista también indica que siempre, ante este tipo de situaciones conflictivas, hay un intento de adaptación de la persona a determinadas exigencias del medio que lo rodea. En el caso normal y deseado, se ponen en marcha mecanismos que preparan la psiquis y el organismo, para favorecer la adaptación, como el desarrollo de capacidades intelectuales y físicas para enfrentarlo.
Pero también puede suceder que, cuando fracasa el intento de adaptación, la persona se vea a sí misma con incapacidad de recursos para afrontarla. Entonces, el individuo agota recursos, y enferma, es decir, se estresa.
Cabe destacar que el estrés es la respuesta fisiológica o psicológica que manifiesta una persona ante una estímulo o estresor ambiental.
Aunque comúnmente se considera al estrés como algo perjudicial, el estrés no siempre es malo.
Existen dos tipos o formas de estrés. Uno de estos es positivo y se lo denomina Eustrés y el otro es negativo y se lo llama Distrés.
El ESTRÉS POSITIVO o eutres es la respuesta adecuada tanto a nivel psicológico como fisiológico a un estímulo. Este estrés permite el funcionamiento del organismo y la adaptación al medio por lo que es indispensable para nuestro funcionamiento y para nuestro desarrollo.
El ESTRÉS NEGATIVO (DISTRÉS) Ocurre cuando las demandas del medio son excesivas, intensas y/o prolongadas, y superan la capacidad de resistencia y de adaptación de la persona. Este tipo de estrés produce en el individuo malestar corporal y psicológico.
Señales para detectar el estrés
Hay que tener en cuenta que sentir cansancio no es sinónimo de estrés, por lo cual desde el CEETA advierten sobre algunas señales a tener en cuenta para dilucidar la diferencia.
La respuesta de nuestro organismo al estrés se traduce en síntomas físicos (corporales), síntomas cognitivos (pensamientos y emociones) y/o síntomas comportamentales:
Síntomas Físicos: taquicardia , aumento de la tensión arterial , palpitaciones, opresión en el pecho, palidez, sensación de ahogo, ritmo respiratorio acelerado, dificultad para respirar, nauseas, dificultad para tragar o sensación de atragantamiento, diarreas, aumento o disminución del apetito, sensación de falta de aire, cólicos intestinales, aerofagia o tragar aire, orinar frecuentemente, sequedad de boca, sudoración excesiva, sensación de desmayo inminente, temblores, hormigueos, cefaleas, dolores y contracturas musculares, hipersensibilidad a ruidos, mareos e inestabilidad , fatiga y agotamiento excesivos.
Síntomas Cognitivos: ansiedad o angustia, sensación de inseguridad, aprensión, preocupación, sentimientos de inferioridad, incapacidad para afrontar situaciones, sentimientos de amenazas, anticipación de peligros, Indecisión , apatía , perdida de objetividad y de la capacidad para pensar con lucidez.
Síntomas Conductuales: Inquietud o hiperactividad, parálisis motora o inmovilidad, movimientos torpes, temblorosos, desorganizados, tics, tartamudeos, comportamientos de evitación o alejarse de situaciones temidas.
Cómo se previene? El estrés se previene: Buscando un estado físico y emocional más saludable. Conociendo y manejando las situaciones que nos provocan estrés para poder reducir y eliminar las manifestaciones del mismo. Aprendiendo a realizar entrenamiento en Relajación. (Dado que la relajación devuelve al organismo su estado natural de equilibrio, normaliza los procesos físicos, mentales y emocionales).