opinión
El 10 de abril de este año el Jefe de Gobierno junto a el Jefe de Gabinete y el Ministro de Ambiente y espacio Publico firmaron el decreto 135/14, donde se aprueban los pliegos de bases y Condiciones para llamar a licitación para la contratación del “Servicio de Limpieza y Mantenimiento Integral, Destinado a la Conservación de las Estaciones de cada uno de los corredores del Metrobus de la Ciudad de Buenos Aires”.
La contratación del servicio es por 2 años y costará a los porteños 59.052.947 millones de pesos. La preadjudición recayó en las empresas CUMUNI SA, LX ARGENTINA SA y la tercera es una UTE conformada por PLANOBRA S.A. – SES S.A. a cada una de ella le tocara el servicio de limpieza y mantenimiento de los paradores. PLANOBRA Y SES conformaron una UTE para esta licitación. SES en una empresa cuyo 50% pertenece a Caputo Construcciones, la empresa del amigo de la Secundaria del Ingeniero Macri.
Las conclusiones
Mientras en otros municipios se discute la estatización de servicios que empresas privadas prestan al Estado, la Ciudad hace todo lo contrario. Si la ciudad más rica de nuestro país no puede hacerse cargo de limpiar y mantener de 78 paradores de Metrobus, que le queda al resto. Todavía están a tiempo de parar esta licitación, hacerse cargo y tomar la tarea desde el Estado, de esa manera ahorrarnos unos cuantos pesos para que dejen de ser ganancia privadas de las empresas amigas del PRO y destinar esos recursos a necesidades de los porteños y las porteñas, que requieren inmediata atención.
Esta Licitación (como tantas otras en el Gobierno de la Ciudad) implica ese modelo de negocios que se basa en la tercerización de trabajadores y trabajadoras, y las ganancias que se producen a partir de la vulneración de sus derechos básicos.
Una vez más queda claro que para el PRO el Estado es un facilitador de negocios para empresas parasitarias que sin invertir un peso se alzan con grandes negocios. La repetición de nombres a lo largo de la gestión de Mauricio Macri, muestra que en la ciudad se ha consolidado una nueva patria contratista, nueva no porque los actores sean nuevos, sino porque ya no quieren intermediarios entre ellos y el Estado.
Por Julieta Costa Díaz
Comunera - Socialistas Para la Victoria – FpV
