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Activistas de Greenpeace subieron esta mañana a la cornisa del primer piso de la sede de los ministerios de Economía y de Planificación Federal y desplegaron un gigantesco cartel con la leyenda: “Cristina: Carbón o Glaciares”.
Después de desplegar el cartel, los cuatro escaladores de Greenpeace fueron detenidos por la Policía Federal y trasladados a la comisaría segunda.
“El ministro Julio De Vido impulsa un proyecto energético en base a carbón que es una verdadera insensatez, ya que es un combustible que podría ser fácilmente reemplazado por fuentes de energía limpia. Esta decisión profundiza nuestra dependencia de las peores opciones energéticas, las más contaminantes y las más caras” explicó a Más que noticias Juan Carlos Villalonga, director de Campaña de Greenpeace Argentina.
El Gobierno planea instalar la cuestionada planta en la localidad de Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz y tiene como objetivo utilizar carbón del yacimiento de esa localidad. “La usina proyectada es costosa, contaminante e ineficiente” agregó Villalonga. “Ese dinero colocado en un plan de apoyo a inversiones en energía eólica, le daría un enorme impulso esa fuente energética limpia en la Patagonia”.
Según las estimaciones que maneja la propia empresa constructora española Isolux Corsán, la planta emitirá anualmente 1.800.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2), el principal gas que provoca el calentamiento global. El Gobierno Nacional está propiciando un plan masivo de reemplazo de lámparas incandescentes por lámparas eficientes, lo que reduciría en 1.100.000 toneladas las emisiones de CO2 anuales. Es decir, la puesta en marcha de la Central de Río Turbio neutralizará todo el beneficio ambiental del programa de recambio de lámparas que se está realizando a escala nacional.
“Esta simple comparación muestra la total incoherencia entre una medida que implica un avance tecnológico y ambiental y la decisión de subsidiar un nuevo impulso al uso del carbón”, aclaró Villalonga.
El cambio climático está ocasionando la masiva desaparición de glaciares y otras masas de hielos permanentes en todo el planeta. Esta situación pone en riesgo las más importantes reservas de agua dulce del mundo al mismo tempo que ocasiona la crecida del nivel del mar. La región de Cuyo, en la Argentina, sufrirá en las próximas décadas la desaparición de los glaciares que son esenciales para la provisión de agua a los ríos de esa zona.
La puesta en marcha de la Central de Río Turbio significará una contribución energética de casi un 2% de la producción total nacional, un porcentaje que podría producirse por otras fuentes limpias. A su vez, aportará el 6% de las emisiones de todo el sector eléctrico: será la electricidad más sucia que produce la Argentina en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.
El carbón sólo se utiliza para producir electricidad, el servicio energético que más fácilmente puede ser provisto por fuentes de energía con cero emisiones, como la eólica. “Una planta como la que se propone en Río Turbio comenzará a pagar penalidades económicas por sus emisiones durante la próxima década si las negociaciones internacionales avanzan acorde a lo que la ciencia climática aconseja realizar”, concluyó Villalonga.