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En un estudio desarrollado por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (organización que lucha por políticas de salud) en 25 ciudades del país se tomó evidencia que las mujeres con menor nivel educativo están significativamente más expuestas al humo de tabaco ajeno en el hogar y en los lugares públicos. Aún con legislación de ambientes 100% libres de humo las mujeres de bajos recursos están menos protegidas comparado con mujeres de mayor recurso.
La alta prevalencia de tabaquismo entre los hombres (34%) en Argentina puede ser un factor determinante para explicar el mayor nivel de exposición en el hogar entre mujeres. La exposición mayor de las mujeres en los lugares públicos, así como su percepción de peor cumplimiento, pudiera ser el resultado de relaciones de poder, las condiciones de inequidad de género. A su vez puede ser una expresión más de las peores condiciones laborales y el menor acceso a los derechos por parte de un grupo vulnerable como son las mujeres.
En un informe presentado recientemente por la Organización Panamericana de la Salud se evidencia que las mujeres jóvenes consumen más tabaco que los hombres en la Argentina y que disminuyó la edad de inicio. Paralelamente, el consumo de tabaco en mujeres aumenta un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular, un 25% el riesgo de padecer cáncer de pulmón, mayor riesgo de cáncer cervical, mayor riesgo de desarrollar asma y la frecuencia de crisis, un 70% el riesgo de cáncer de mama, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas respiratorias.
El aumento de consumo entre las mujeres está relacionado con la publicidad de cigarrillos. Está comprobado que la industria del tabaco ha creado perfiles psicográficos detallados de las mujeres de Argentina con el fin de dirigirse a ellas, con productos de “bajo contenido de alquitrán” y “suaves”. Las publicidades suelen ser seductoras y aprovechan los conceptos de independencia, emancipación, atractivo sexual, delgadez, glamour y belleza.
Para Mariela Alderete vice directora de la FIC Argentina “los datos sobre el consumo de tabaco en mujeres son preocupantes, sin embargo las ONG’s de género y el Estado todavía no lo han incluido fuertemente en su agenda”. Y agregó “para contrarrestar la acción de la industria tabacalera necesitamos una fuerte articulación entre actores para garantizar el efectivo cumplimiento de la legislación en ambientes 100% libres de humo de tabaco y la prohibición de publicidad del tabaco que establece la reciente ley nacional, cuya reglamentación aun continua pendiente.