martes, 24 de julio de 2012

Miguel Ángel Solá y La Típica en leve ascenso presentan "Como por un tubo"


espectáculos

Estrena el viernes 3 de Agosto a las 20.30 en el Teatro Sha (Sarmiento 2255). Escrita, dirigida e interpretada por la compañía que integra el actor “La Típica en Leve Ascenso”, el espectáculo marca su regreso a los escenarios nacionales, luego de 14 años. “Comitragedia” musical telefónica, que cuenta una historia de abandonos y traiciones en clave de humor, sumergiendo al público en la emisión de un programa radial en la Buenos Aires de los 50.

El próximo viernes 3 de agosto a las 20.30, La Típica en Leve Ascenso presenta “Como por un tubo”, espectáculo que homenajea a aquella radio argentina, a través de uno de los tantos capítulos basados en hechos verídicos extraídos del monumental relato autobiográfico: “Vida, Sueños, Sexo y Arte de Alberto Carlos Bustos, Municipal y Pájaro”..

El gran actor y director Miguel Ángel Solá nos sumerge en un melódico musical en el que entre otras cosas se puede disfrutar de los dobles sentidos del lenguaje, jugando continuamente con las palabras, sean recitadas o cantadas, con la delicada cadencia de los silogismos poéticos de Bustos, en su obra que narra veinticuatro horas en las que el artista va despertando a la vida tras veinte días de completo abandono por un desengaño amoroso..

En esta cooperativa que trabaja en un estudio radiofónico, acompañan a Miguel Ángel Solá: Graciela Baquero que no sólo es la presencia femenina, sino que pone la elegancia de su porte y de su voz, Daniel Giménez que nos regala su poderosa voz y la guitarra, Néstor Ballesteros , en piano, acordeón a piano, cajón peruano y orquestaciones; y Enrique Quintanilla, la sombra que ejerce de narrador y consejero crítico, con la que Alberto Carlos dialoga en su extraña soledad, y un teléfono que se convierte en protagonista y que hace que este singular artista continúe conectado con el mundo. Así, entre bellas melodías argentinas, este radioteatro, nos regala el punto de vista de un tercero, el del espectador, ante lo ridículo y dramático, y, en este caso, encendidamente creativo, que puede llegar a ponerse el ser humano ante el desamor.