sábado, 31 de agosto de 2013

Ganancias


opinión

En la facultad aprendí que no hay impuesto sin ley. Yo venía de una mala experiencia respecto del ser y el deber ser: en el secundario me enseñaron derecho constitucional en plena dictadura. Por suerte mis estudios universitarios transcurrieron en democracia.

Hoy, muchos años después, veo cómo desnaturalizan el impuesto a las ganancias, gravando sueldos bajos y medios al no actualizar, como manda la ley, deducciones, mínimos exentos y tramos de una escala que define distintas alícuotas. Así, por efecto inflacionario cada vez más asalariados pagan Ganancias.

Entonces, luego de perder las elecciones, ponen un parche.

Dependemos de una decisión administrativa, de un capricho presidencial, de las dádivas por calendario electoral para que decreten la temporal exención de sueldos sobre un gravamen que no pagan los jueces, la megaminería, la especulación financiera y los juegos de azar. ¡Esto no es una monarquía! Que los trabajadores no paguen impuesto porque lo dispone una ley y no el antojo o conveniencia política de una persona.

Por Ricardo Fuentes
fuentesric@yahoo.com.ar