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Con el objetivo de proteger la salud de los consumidores, el Códex Alimentarius acordó una serie de nuevos estándares para las frutas, las verduras, el pescado y los productos pesqueros, así como para la alimentación de los animales.
El Códex acordó códigos para la prevención y reducción de la ocratoxina A, un contaminante cancerígeno en el cacao; del ácido hidrociánico, también cancerígeno, en la yuca o mandioca; y dispuso normativas para evitar la contaminación microbiológica de las moras, que suelen portar el virus de la hepatitis A y la bacteria del E coli, entre otros agentes nocivos para la salud.
Además, estipuló una guía para el etiquetado de alimentos que claman no contener sal o ser bajos en sodio o grasas saturadas.
Fijó también los lineamientos para los suplementos alimenticios de bebés o niños pequeños y marcó límites para los residuos de pesticidas de cientos de productos agrícolas y para las drogas veterinarias y aditivos de la comida para animales.
La Comisión del Códex Alimentarius celebró en Roma su reunión anual, a la que asistieron 620 delegados de 128 países y organizaciones internacionales.
El Codex Alimentarius es el máximo organismo mundial de normas alimentarias para la protección de los consumidores y la garantía de prácticas equitativas en el comercio internacional de víveres.