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La superproducción argentina que destinó más de 20 millones de dólares y un equipo humano de 300 especialistas de todo el mundo, desarrolló a lo largo de cinco años esta ambiciosa producción, acompañado por la última tecnología de Philips Smart TV en donde se realizaron todas las pruebas y ajustes de rutina.
Para obtener el 3D digital, el Departamento de Estereoscopía de Metegol creó un juego de cámara adicional calculando la distancia ocular ideal para la versión en 3D de la película, ajustando constantemente escenarios, personajes y objetos, para lograr la mejor experiencia visual en cada escena. Por su parte, el Departamento de Renders realizó el proceso final de las imágenes, donde se calcularon los rebotes de luz en los objetos, los personajes y los sets, dando como resultado un fotograma para cada ojo.
Todo el desarrollo de la película se diseñó sobre las bases de la tecnología 3D pasiva de Philips TV, que funciona brindando una imagen para cada ojo y estas se fusionan con el uso de las gafas polarizadas. Esta fusión se puede hacer horizontal como verticalmente y básicamente consiste en usar las líneas pares para la imagen del ojo izquierdo y las impares para el derecho (o viceversa).
Una de las más grandes complejidades que enfrentó el equipo de Campanella fue el gran elemento tecnológico. Según él mismo confesó “durante todo el proceso de trabajo que se extendió a lo largo de 5 años, el 20% del tiempo lo usamos para el desarrollo creativo y el 80% del tiempo restante lo destinamos al desarrollo tecnológico, lo retoques, las revisiones”.
Durante todos los pasos del desarrollo de la película, los personajes, los escenarios, los gestos, las texturas, se utilizó la tecnología de Philips Smart TV para su visualización.
El resultado fue una película sin precedentes en el mercado latinoamericano.