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Momento Cero, institución dedicada a la atención primaria de la salud física y mental de los individuos, explica cómo los hijos interpretan el hábito de recibir y dar picos entre padres e hijos, una costumbre bastante arraigada entre los argentinos.
El beso en la boca, conocido como “piquito”, suele ser una costumbre que comienza en algunas familias desde muy bebés, para manifestar el amor entre padres e hijos. En otras, no se da nunca.
“Son los papás los que comienzan con este hábito, no es una necesidad del niño”, explica Emilia Canzutti, licenciada en psicología y especialista en vincularidad temprana, co-fundadora de Momento Cero. “En muchas familias darle un beso en la boca a los niños, los llamados 'piquitos', suele ser una costumbre que comienza desde muy bebés para manifestarles amor, lo viven en forma natural. Otras familias nunca lo harían”, sostiene.
Sabemos que los niños copian y si ven a sus padres darse picos querrán formar parte de ese vínculo imitándolos. Al mismo tiempo, puede suceder que en la lucha por imponerse como "novio de mamá" o "novia de papá" quieran dar un “piquito”.
"Por eso creemos importante marcar diferencias, y dejar en claro que los besos en la boca están reservados para el vínculo de la pareja, que es la forma que los papás se muestran su cariño. Para los niños suele ser menos confuso si papá y mamá manifiestan el amor hacia ellos de forma diferente", indica la Lic. Adriana López, co-fundadora de Momento Cero .
Muchas veces, cuando los niños crecen, el “piquito” solo lo mantienen en la intimidad porque ya no quieren hacerlo frente a sus amigos.
Adriana López, co-fundadora de Momento Cero sugiere que en estas situaciones, los padres no insistan. “Si fue natural la llegada de los picos, lo mismo debe pasar con la partida de éste habito”, indica.