En un fallo de gran relevancia histórica, la justicia Federal Argentina, condenó a prisión a 16 ex oficiales de la Armada por crímenes de lesa humanidad. Es la primera sentencia dictada en la Argentina contra el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) donde funcionó un centro clandestino de detención, símbolo del horror durante la dictadura militar.
El ex capitán de la armada Alfredo Astiz y otros 15 militares fueron condenados a prisión ayer por su participación en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Dichos crímenes incluyeron la detención arbitraria, la tortura y el asesinato ilegal de docenas de personas en un centro de detención secreto que funcionaba en una escuela militar de Buenos Aires. Entre las víctimas, se encontraban las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, las activistas de derechos humanos Azucena Villaflor, María Bianco y Esther Careaga, co-fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, y el escritor y periodista Rodolfo Walsh.
“La sentencia pone fin a la impunidad para los criminales que actuaron en la ESMA y evidencia el esfuerzo, perseverancia, trabajo y valor colectivo, de instituciones, sobrevivientes y activistas que nunca claudicaron en la búsqueda de verdad y justicia”, dijo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. Y afirmó que “Finalmente se hizo justicia para estas familias, enviando un fuerte mensaje sobre que este tipo de abusos no será tolerado nunca más”.
De todos los condenados, 12 fueron sentenciados a cadena perpetua sin libertad condicional. Cuatro de ellos fueron sentenciados a penas que oscilan entre 18 y 25 años. Además de Astiz, también fueron sentenciados a cadena perpetua los ex capitanes de la armada Jorge Eduardo “Tigre” Acosta y Ricardo Cavallo, quien fue extraditado de México en 2008.
El juicio, que cubrió 86 crímenes de lesa humanidad diferentes, duró dos años. Incluyó testimonios de más de 150 testigos, entre los cuales se presentaron unos 80 sobrevivientes de los abusos ejercidos por oficiales militares. Las fuerzas de seguridad argentinas operaron un centro de detención clandestino en una escuela naval de Buenos Aires (Escuela Superior de Mecánica de la Armada, ESMA), donde permanecían detenidas cientos de personas después de haber sido secuestradas. Aquellos que estaban en cautiverio eran torturados y asesinados, o arrojados al río desde aviones.
Durante el régimen militar que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983, las fuerzas de seguridad secuestraron alrededor de 30.000 personas, muchas de las cuales aún continúan desaparecidas. Las violaciones sistemáticas y generalizadas a los derechos humanos ocurrieron a gran escala, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales. “Aunque ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde que los abusos de la ‘Guerra Sucia’ dañaron a la sociedad argentina, los reclamos de las víctimas deben ser honrados llevando a todos los responsables ante la justicia”, afirmó Belski.
El ex capitán de la armada Alfredo Astiz y otros 15 militares fueron condenados a prisión ayer por su participación en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Dichos crímenes incluyeron la detención arbitraria, la tortura y el asesinato ilegal de docenas de personas en un centro de detención secreto que funcionaba en una escuela militar de Buenos Aires. Entre las víctimas, se encontraban las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, las activistas de derechos humanos Azucena Villaflor, María Bianco y Esther Careaga, co-fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, y el escritor y periodista Rodolfo Walsh.
“La sentencia pone fin a la impunidad para los criminales que actuaron en la ESMA y evidencia el esfuerzo, perseverancia, trabajo y valor colectivo, de instituciones, sobrevivientes y activistas que nunca claudicaron en la búsqueda de verdad y justicia”, dijo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. Y afirmó que “Finalmente se hizo justicia para estas familias, enviando un fuerte mensaje sobre que este tipo de abusos no será tolerado nunca más”.
De todos los condenados, 12 fueron sentenciados a cadena perpetua sin libertad condicional. Cuatro de ellos fueron sentenciados a penas que oscilan entre 18 y 25 años. Además de Astiz, también fueron sentenciados a cadena perpetua los ex capitanes de la armada Jorge Eduardo “Tigre” Acosta y Ricardo Cavallo, quien fue extraditado de México en 2008.
El juicio, que cubrió 86 crímenes de lesa humanidad diferentes, duró dos años. Incluyó testimonios de más de 150 testigos, entre los cuales se presentaron unos 80 sobrevivientes de los abusos ejercidos por oficiales militares. Las fuerzas de seguridad argentinas operaron un centro de detención clandestino en una escuela naval de Buenos Aires (Escuela Superior de Mecánica de la Armada, ESMA), donde permanecían detenidas cientos de personas después de haber sido secuestradas. Aquellos que estaban en cautiverio eran torturados y asesinados, o arrojados al río desde aviones.
Durante el régimen militar que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983, las fuerzas de seguridad secuestraron alrededor de 30.000 personas, muchas de las cuales aún continúan desaparecidas. Las violaciones sistemáticas y generalizadas a los derechos humanos ocurrieron a gran escala, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales. “Aunque ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde que los abusos de la ‘Guerra Sucia’ dañaron a la sociedad argentina, los reclamos de las víctimas deben ser honrados llevando a todos los responsables ante la justicia”, afirmó Belski.