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La urbanización, el crecimiento económico y otras grandes transformaciones provocan cambios en los estilos de vida y las dietas en muchas partes del mundo y los países no afrontan esta situación de la mejor manera.
Así lo sostuvo hoy el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en una conferencia en la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen, en Holanda.
Graziano se refirió a la necesidad de garantizar la producción de alimentos inocuos y ofrecer a los consumidores mejores alternativas e información sobre sus dietas.
“Necesitamos estrategias integradas de nutrición, elaboradas con las aportaciones de la sociedad en su conjunto: el sector privado, los médicos y las organizaciones de consumidores, entre otros”, dijo.
Como parte de la búsqueda de esas opciones, Graziano da Silva firmó un acuerdo con la Universidad de Wageningen que supone una colaboración más estrecha en la investigación científica y actividades conjuntas para fomentar y promover la educación, la investigación y la capacidad tecnológica en los países en desarrollo.
El titular de la FAO recordó que mientras que 870 millones de personas sufren hambre, hay también más de 500 millones de individuos obesos y susceptibles de padecer enfermedades no transmisibles.
En este sentido, explicó que una revisión global de las estrategias de nutrición podría, por ejemplo, replantear el papel de los cultivos tradicionales, que han perdido espacio en las dietas modernas.