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En 2012 las pérdidas económicas por desastres fueron las más altas de la historia. Alcanzaron 138.000 millones de dólares y se produjeron principalmente en los países ricos.
La región más afectada fue América la cual registró el 63% de esos daños, debido principalmente al Huracán Sandy y a las sequías.
Así lo indicó la Oficina de la Estrategia para la Reducción de Desastres, un organismo de la ONU que presentó recientemente en Ginebra las últimas estadísticas sobre el tema.
La profesora Debby Guha-Sapir, una de las responsables de la investigación, dijo que las cifras de 2012 confirman que las sequías y las inundaciones son los mayores desafíos en la actualidad.
“La buena noticia es que ambos son extremadamente predecibles, lo que significa que no tenemos excusa por no haber hecho nada al respecto”, subrayó la experta.
En términos de impacto humano, los datos apuntan que los 310 eventos climáticos extremos en 2012 produjeron más de 9.300 muertos y unos 106 millones de damnificados.
“Si miramos a las cifras totales de víctimas por país, China lleva la delantera y luego vienen las Filipinas, Nigeria Pakistán, India, Kenya, Sudán, etcétera. Lo destacado de esta lista es que los primeros cinco países son densamente poblados, lo que significa que cuando algo ocurre especialmente en China e India, inmediatamente hay millones de personas afectadas”, especificó la profesora Guha-Sapir.
No obstante, en términos de personas afectadas por cada 100.000 habitantes dos países de América Latina integran la lista de las 10 naciones con más damnificados y muertos, ellos son Paraguay y Guatemala.
Finalmente, la especialista agregó que los desastres son un problema grave en los países pobres y alertó que representan una amenaza para la seguridad internacional.
“Asia Es la región más propensa a desastres, pero en general África con sus sequías e inundaciones tiene una masiva cantidad de personas afectadas y con tendencia al desplazamiento. Por último, las pérdidas económicas en comparación con el Producto Interno Bruto es más alta en los países más pequeños”, apuntó Guha-Sapir.