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El Secretario de Turismo del Distrito federal de México, Miguel Torruco Marqués, realizó un recorrido por la delegación Iztacalco, con el fin de evaluar el potencial de sus atractivos turísticos, identificar nuevos puntos de interés, así como las necesidades a satisfacer para desarrollarlos como productos que enriquezcan la oferta turística de la Ciudad de México destinada a visitantes nacionales y extranjeros.
Esa demarcación ha registrado en los últimos años una tendencia ascendente en cuanto a ocupación hotelera, que hasta el año pasado la ubicaba con un 60.48 por ciento y con casi 182 mil visitantes anuales; sus establecimientos turísticos –de alimentos y bebidas, agencias de viajes, artesanías, transportes y los denominados SPA- han recibido 35 distintivos Moderniza “M” y otros siete distintivos “H”, de higiene.
Acompañado de la Jefa Delegacional, Elizabeth Mateos Hernández, el funcionario visitó la zona que habrá de convertirse en Barrio Mágico; los parques ecológicos con que cuenta la demarcación; la Sala de Armas y el estadio “Jesús Martínez Palillo”, de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhiuca y el tradicional Balneario Olímpico.
Al cumplir así con la sexta de las visitas del Programa de Vinculación Interdelegacional entre la Sectur DF y las 16 delegaciones políticas, iniciado este año, el Secretario Torruco Marqués apreció el patrimonio histórico, cultural y arquitectónico prehispánico y virreinal que se concentra en los siete barrios del polígono propuesto para convertirse en Barrio Mágico.
El funcionario recorrió andadores, callejones y calles trazados sobre lo que, antes de la llegada de los españoles, fuera puerto de tránsito para trajineras y canoas, y que luego se convirtió en parte de barrios como La Asunción, Los Reyes, San Francisco Xicaltongo, San Miguel, San Sebastián Zapotla, Santa Cruz y Santiago, los cuales dieron fisonomía urbana a lo que antes fuera área rural.
Así, propuso a la jefa delegacional, Elizabeth Mateos, dialogar con directivos de la empresa Turibús para que unidades de ésta lleven visitantes a la zona; éstos sean luego transportados en vehículos más pequeños, pero más adecuados para transitar por las estrechas calles; tengan así todas las facilidades y lleguen a conocer el bello patrimonio arquitectónico colonial de iglesias, capillas, plazuelas, parques y quioscos de la zona.