opinión
“Si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria."
Mariano Moreno, Fundador de la Gazeta de Buenos Aires, Mayo de 1810
Quiero saludar especialmente a los periodistas en su día, por su significativo papel en nuestra democracia. Y por la enorme responsabilidad que tienen como formadores de opinión, como agentes de difusión que exigen y dan a conocer información clara, completa y precisa sobre temas de interés público, como canalizadores de las voces de la ciudadanía y de las expresiones de la diversidad cultural, ideológica y política de la comunidad. Es el lugar de la crítica y el de la reflexión, el de la producción y la creatividad. No cualquiera puede llamarse periodista. No cualquiera puede ser reconocido como tal.
Hoy en la Argentina estamos viviendo un momento muy difícil en torno al periodismo y a los medios de comunicación. Se conocieron en estos días las graves declaraciones de la Asociación Mundial de Editores de Periódicos y Noticias (WAN-IFRA) que agrupa a 18.000 publicaciones, 15.000 sitios online y 3.000 empresas periodísticas del mundo, exhortando a la presidente Cristina Kirchner “a finalizar de manera inmediata todas las medidas de intimidación y los ataques que tienen como objetivo a la prensa independiente”.
El pedido de la prestigiosa asociación internacional se basa fundamentalmente en la restricción a los supermercados para publicitar en los diarios y a los proyectos del oficialismo para apropiarse de Papel Prensa, la empresa mixta que fabrica papel para diarios. La resolución expresa la “profunda preocupación” por el caso argentino al señalar que es “uno de los más significativos deterioros del espacio de la libertad de expresión en las Américas”.
Es entendible que muchos ciudadanos de a pie, con la enorme cantidad de preocupaciones de la vida diaria, no hayan advertido uno a uno los hechos que se han sucedido en estos años. Para los que aun estén despistados, tengo una mala noticia para darles. Durante la última década, un gobierno ávido de poder, con un relato mentiroso que necesita sostener a cualquier precio – manipulando datos del INDEC, sobornando o escrachando periodistas, comprando grupos de medios que violan abiertamente la ley que ellos mismos impulsaron, reformando la justicia porque no les gustan los fallos de los que se animan a investigar– fue avanzando sobre la libertades individuales de los ciudadanos de este país, no solo la libertad de expresión está en peligro.
Llegamos al 2013 con una serie de retrocesos imperdonables en materia de derechos. La UCR lo viene denunciando desde hace tiempo. Como partido, hemos estado y seguiremos estando en todos las tribunas desde las que podemos defender la libertad de los argentinos: libertad de expresarse, de importar y exportar, de producir, de viajar, de educarse, de tener salud, de alimentarse. Esta democracia que este año cumple 30 años es imperfecta, desde ya, como todo sistema ideado por seres humanos. Pero creemos que ya demasiadas libertades fueron recortadas, demasiadas deudas estamos acumulando como dirigencia con nuestra gente.
Los que ejercen hoy el periodismo están corriendo muchísimos riesgos, por esta situación que denunciamos. Presionados constantemente, representan hoy uno de los tantos emergentes de una sociedad desorientada, que ya no sabe a quién puede creerle y se expresa como puede, recuperando la calle, opinando en las redes sociales, involucrándose en las soluciones en las miles de organizaciones que tratan de cubrir las enormes falencias de un gobierno ineficiente y corrupto.
En medio del empobrecimiento económico y cultural que vivimos, en el que el 70% de a la gente empleada de nuestro país cobra $ 3000 y la inflación se torna imparable, hablar de libertad de expresión a veces parece un lujo. Pero a la vez, por nuestra historia y nuestro presente, y sobre todo por nuestro futuro y el de nuestros hijos, no podemos dejar de denunciar los graves problemas que estamos atravesando en cuanto a las libertades de los argentinos. Lo denunciamos ante el desprecio permanente a la Constitución Nacional, ante el atropello de la reforma judicial, ante el blanqueo de capitales, el abuso de los medios del Estado para la propaganda del gobierno, ante el intento de quedarse para siempre en el poder.
En medio de este difícil contexto, a aquellos que dignamente llevan esta profesión les deseamos el mejor de los días y los apoyamos para que sigan honrando la sagrada profesión de ser testigos de lo que pasa y contárselo a los demás con rigurosidad, creatividad y responsabilidad.
Por Mario Barletta
Ex intendente de Santa Fe, presidente de la UCR y precandidato a diputado nacional