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Activistas de Greenpeace irrumpieron este viernes en el acto en el que Cristina Fernández de Kirchner anunciaba la apertura de sobres de la licitación de la extensión de las líneas de alta tensión en la Patagonia, en protesta contra la construcción de una usina a carbón en Río Turbio.
Ante la Presidenta y los funcionarios nacionales y provinciales que participaban del acto, activistas de la organización ambientalista desplegaron carteles con consignas de rechazo a la usina de carbón que se construye en Río Turbio.
Greenpeace considera que el proyecto constituye “una irracionalidad ambiental y económica, ya que se está impulsando el desarrollo del carbón para producir electricidad, que además de ser cara es la opción que más contamina y más cambio climático genera”.
La protesta se realizó en el marco de la apertura de sobres de la licitación para la extensión de las líneas de alta tensión hacia el sur de la Patagonia, ocasión en la que la presidenta enfatizó el apoyo que el gobierno está otorgando a la construcción de la Central Térmica a carbón en Río Turbio.
En el acto junto con la presidenta se encontraban el ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner, el Secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron; el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta; quienes dieron su respaldo al proyecto.
“Río Turbio es el primer paso en el plan del gobierno para comenzar a quemar carbón a gran escala para producir electricidad”, explicó a Más que noticias Juan Carlos Villalonga, director de Campañas de Greenpeace Argentina. “Se está apostando por uno de los métodos más sucios para generar energía y el que más contribuye al calentamiento global, un verdadero disparate”.
Para Greenpeace el desarrollo del carbón como fuente de energía es un grave error que comete el gobierno nacional cuando dispone de abundantes recursos energéticos limpios sin desarrollo alguno, como la energía eólica.
“Mientras se destinan anualmente cientos de millones de dólares en energías sucias, para las energías renovables sólo existen promesas y anuncios que nunca se concretan”, explicó Villalonga. “El muy pobre desarrollo de la energía eólica es una clara muestra del fracaso de la política energética”, agregó.
Para los ambientalistas esta decisión demuestra que el gobierno “no está tomando responsablemente lo que está en juego en relación al cambio climático”.
“Argentina puede iniciar ya mismo la transición hacia las energías renovables, reduciendo emisiones y contaminación, minimizando impactos sociales y generando empleos sustentables. El potencial de recursos existente lo permite, la capacidad tecnológica también, sólo falta la voluntad política de cambiar”, concluyó Villalonga.