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Greenpeace reveló hoy a través del informe “Basura Informática. La otra cara de la tecnología” que durante 2011 se descartarán 1.200.000 computadoras, por lo que la organización reclamó a los senadores la urgente sanción de la “Ley de Basura Electrónica”, que ha sido demorada durante más de tres años.
Greenpeace denunció, además, que Argentina no cuenta con un sistema de gestión de basura electrónica capaz de hacer frente al constante crecimiento de los residuos tecnológicos y de los impactos ambientales y sanitarios que éstos generan. “Las computadoras, impresoras o teclados, como el resto de los aparatos electrónicos, contienen metales pesados y sustancias químicas tóxicas peligrosas para la salud y el ambiente; uno de los elementos con mayor potencial de contaminación son las baterías recargables de las computadoras portátiles. A pesar de ello y siendo testigos del constante recambio tecnológico, Argentina aún no cuenta con un sistema de gestión para el correcto tratamiento y reciclado de estos artefactos”, señaló Yanina Rullo, de la campaña de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Greenpeace.
Según la organización ambientalista el volumen del parque de computadoras en el país creció más del doble en los últimos años: de un piso de 4.900.000 unidades en 2006 escaló a 11.600.000 en 2010; y se proyecta la incorporación de más de 5 millones de unidades en los próximos 2 años. Greenpeace advirtió que el descarte de una enorme fracción de este tipo de artefactos generará en los próximos años enormes problemas ambientales y sobre la salud de establecerse un sistema de gestión adecuado.
En los últimos años el ciclo de vida útil de las computadoras se redujo notablemente: para una computadora de escritorio se estima un plazo de utilidad de siete años y cinco para las portátiles, ya que el “diseño para el basurero” logrado a través de la obsolescencia programada de los aparatos, ha generado una tasa de recambio cada vez más veloz para este tipo de productos. En la actualidad, este tipo de residuos terminan en basurales o rellenos sanitarios junto a los residuos domiciliarios comunes.
“Debemos tener en cuenta, además, que el crecimiento del consumo y descarte de aparatos eléctricos y electrónicos genera una presión sobre los recursos naturales. En el período 2008/2009, por ejemplo, sólo la venta global de celulares y computadoras absorbió el 19% de lo producido por la minería mundial de cobre, el 3% de la minería global de oro, el 4% de plata y 16% de la extracción de paladio. Estos son todos materiales que en su extracción generan un impacto ambiental de enormes proporciones y que una vez desechados los residuos de estos productos electrónicos van a parar a basurales o rellenos sin ser reaprovechados”, agregó Rullo.
Según los operadores habilitados en el país, en Argentina se recicla menos del 2% del total de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos colocados en el mercado y entre el 4% al 6% de los RAEE provenientes del sector de tecnología. Si se tiene en cuenta que en Argentina se generan más de 120.000 toneladas anuales de residuos electrónicos, el bajo porcentaje de recuperación es alarmante.
“Es urgente y necesario establecer un sistema de gestión de basura electrónica en el país. No podemos seguir siendo testigos del aumento de la basura electrónica y esperar a resolver el problema cuando ya sea demasiado tarde”, señaló María Eugenia Testa, Directora Política de Greenpeace Argentina.