viernes, 15 de marzo de 2013

Se preparan los festejos por la asunción del Papa


sociedad

Tres días de oración y acción de gracias a Dios por el don del Santo Padre Francisco en la Ciudad y Arquidiócesis de Buenos Aires son una parte de las celebraciones que se esperan en la Ciudad para saludar la elección del Papa.

El Domingo 17 de marzo desde las 11.30 en la Iglesia Catedral Primada de Buenos Aires se celebrará la Santa Misa por las intenciones del Papa presidida por el Nuncio Apostólico en Argentina, Monseñor Emil Paul Tscherrig, el lunes 18 de marzo desde las 20.30 en la Iglesia Catedral Primada de Buenos Aires se realizará la Vigilia de Oración, durante toda la noche, de los jóvenes para todo el Pueblo de Dios y el martes 19 de marzo se realizará desde las 4.00 una marcha desde la Iglesia Catedral hacia el Obelisco, a las 5.30 se verla la transmisión en el Obelisco, en directo desde Roma, de la Celebración de la Santa Misa de Inicio Solemne del Pontificado de Su Santidad Francisco y a las 12.00 se oirá el repique de las campanas durante 10 minutos de todas las Iglesias de la Arquidiócesis y edificios con campanas de la Ciudad saludando al nuevo y querido Santo Padre Francisco desde su lugar de origen. Por la tarde Santa Misa de San José en cada una de las Parroquias e Iglesias de la Arquidiócesis por las intenciones del Santo Padre Francisco.

Francisco ha celebrado ayer en la Capilla Sixtina la Santa Misa Pro Ecclesia con los 114 cardenales electores y los conclavistas.

La primera lectura ha sido el cántico del profeta Isaías que comienza con las palabras “Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor” y prosigue con las célebres frases: “Será el árbitro de las naciones, el juez de los pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo,no se adiestrarán para la guerra”. Después, se ha leído la primera Carta de San Pedro dedicada al sacerdocio común de los fieles que dice: “También vosotros, como piedras vivas, sois edificados como edificio espiritual para un sacerdocio santo” y exhorta a ser “linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido en propiedad, para que pregonéis las maravillas de Aquel que os llamó de las tinieblas a su admirable luz”. El Evangelio ha sido el relato que de la Confesión de Pedro hace San Mateo, cuando Cristo pregunta a los discípulos: “Y vosotros ¿quien decís que soy yo?y a la respuesta de Pedro: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, Jesús contesta: “Y yo te digo que tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”.

En su primera homilía como Papa y hablando en italiano, sin leer ningún texto, Francisco ha observado que las tres lecturas tienen algo en común: “el movimiento. En la primera de ellas, el movimiento es camino; en la segunda el movimiento está en la construcción de la Iglesia ; en el Evangelio, el movimiento está en la confesión. Caminar, construir, confesar”.

El Pontífice ha recordado que lo primero que Dios dijo a Abraham fue : “Camina en mi presencia y se perfecto.. Nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, hay algo que no funciona. Caminar, siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor, intentando vivir con la perfección que Dios pide a Abraham”. “Construir - ha dicho- Edificar la Iglesia; se habla de piedras: las piedras son consistentes; pero son piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre la piedra angular que es el Señor mismo”.

“Confesar.... Podemos caminar cuanto queramos, podemos construir tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia, esposa del Señor. Cuando no andamos, nos detenemos... retrocedemos. Cuando no se construye sobre las piedras ¿qué pasa? Nos pasa lo mismo que a los niños cuando hacen castillos de arena en la playa: terminan cayéndose porque no tienen consistencia”. Y, citando a Leon Bloy, el Santo Padre ha afirmado: “El que no reza al Señor, reza al diablo” porque “cuando no se confiesa a Jesucristo se confiesa la mundanidad del demonio”. “Caminar, edificar, construir, confesar. Pero no es tan fácil, porque cuando se camina, se construye, se confiesa, a veces hay sacudidas, hay tirones, que no son movimientos propios del camino porque nos hacen retroceder”.