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Si bien practicar running no requiere grandes inversiones en equipamiento, es importante que a la hora de entrenar el corredor esté cómodo y sobre todo que cuente con un calzado que le facilite una buena amortiguación y confort. A continuación algunos consejos sobre cómo elegir un las zapatillas y la ropa para correr.
Cuando uno hace actividad física debe tener muy claro que todas las fuerzas y todos los impactos van dirigidos hacia los pies. Por eso, a la hora de elegir las zapatillas, la profesora del Running Team La Deportista Cecilia Urteaga explica que debemos tener en cuenta ciertas cosas: “buscaremos que sean amortiguadas, que tengan un contrafuerte rígido que sostenga bien los talones y den estabilidad y que sean flexibles en su zona media. El calzado debe amortiguar cada impacto y a corredor más grande y pesado mayor es el impacto. Por eso, hay que tener el mayor de los cuidados a la hora de elegirlo. Les recomiendo a mis alumnos que me pregunten antes de comprar según las características del corredor”. También es recomendable que las zapatillas sean medio o un número más que las que utilizamos normalmente, ya que al correr, los pies suelen hincharse un poco.
Aunque las consecuencias de no utilizar el calzado adecuado pueden tardar años, el riesgo que asumís de poder tener algún tipo de lesión en los pies es enorme, como también efectos negativos para las articulaciones y la espalda.
En cuanto a la ropa, es recomendable que adecues tu vestimenta al clima. Hoy en día existen diversos tejidos que permiten correr en condiciones de calor o frío. Si es posible, evitá el algodón, porque es una prenda que absorbe mucho el sudor y acaba siendo incómoda. Lo mejor son las camisetas técnicas de carrera: muy cómodas, pesan poco y permitan transpirar. Además hay que tener en cuenta “que no tengan costuras demasiado sobresalientes porque hay que evitar el roce, sobre todo en las carreras largas”, asegura Urteaga.
Por último, se recomienda siempre usar calcetines de algodón que te permitan transpirar, ya que sin ellos aumentamos las posibilidades de tener ampollas y rozaduras, pero es importante que no opriman los pies y evitar las costuras que puedan dañarlos.
