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La Misión de Asistencia de la ONU para Iraq (UNAMI) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos expresaron alarma por el aumento de las ejecuciones realizadas desde la reinstauración de la pena de muerte en 2005.
Según un informe elaborado por esas dependencias, sólo en 2013 fueron ahorcados 177 individuos, y en lo que va de este año al menos 60 personas han sido ejecutadas.
El documento especifica que en ciertas ocasiones la pena de muerte se aplica de manera grupal, como ocurrió en 2013, cuando se ejecutó a 34 personas el mismo día.
Los datos de la ONU indican que hasta agosto de 2014, más de 1.700 prisioneros se encuentran en el corredor de la muerte.
“La UNAMI y la Oficina de Derechos Humanos han alertado repetidamente sobre las debilidades del sistema de justicia iraquí. Las investigaciones y procesos judiciales en las condenas a muerte a menudo transgreden las garantías constitucionales y las leyes internacionales”, apuntó el estudio.
En este sentido, el titular de la Misión, Nickolay Mladenov, indicó que muchas de las sentencias a la pena capital se basan en evidencias cuestionables y en fallas sistemáticas del sistema de administración de justicia.