opinión
No soy una gran consumidora de TV excepto los noticieros, los programas semanales de contenido político, alguna película de cable y el zapping para mirar “lo que ve y acepta la sociedad de acuerdo a lo que el famoso minuto a minuto indica”. La radio es mi gran distracción, me acompaña adonde voy y no tengo la necesidad de tener la mirada fija en un solo punto, me mantiene informada y cerca de los periodistas que admiro.
Es impensable la mañana sin Magdalena, a quien escucho desde las 6hs mientras me alisto para salir a las actividades diarias y hasta me detengo en los análisis de Víctor Hugo, a pesar de que casi nunca coincidimos, pero es el ejercicio que me enseñó la democracia. Saliendo de esta rutina, más de una vez miré el programa “Casado con hijos” de Francella donde el personaje que hacia de su mujer la “Moni Argento” no dejaba de asombrarme, por considerar que era agraviante a la figura femenina, una forma grotesca de presentar el significado de ser ama de casa, labor importante si las hay, ya que en esa imagen esta englobado los múltiples y nobles roles femeninos, donde descansa nada mas y menos que la formación de los hijos. La “Moni Argento” en cambio era el retrato de la mujer sin inteligencia, que no dudaba en inculcar a sus hijos el sentido de oportunismo, abandonada en las labores diarias, que defraudaba a sus amigos, mentía, en una palabra, la autentica figura de la vividora criolla. Parecía -salvando las distancias- una mala copia de los Simpson. No me gusto el personaje y deje de ver la tira.
Alguna que otra vez escuché a la actriz emitir diferentes declaraciones no desde lo artístico, sino por su posición política y me pareció bien ya que en un estado de derecho con libertad de expresión plena esto es correcto. De ahí a querer arrogarse la potestad de calificar quienes tenían derecho a asistir a las exequias del ex Presidente Kirchner hay un paso muy grande y los zapatos que calza esta caricatura de militante le quedan grande. Porque un militante de cualquier causa tiene como premisa la suma de voluntades y desde el convencimiento de que lo asiste la razón en su optar, trata de transmitir su ideología para captar adeptos. La exageración pone en dudas las más nobles acciones, por eso tal vez no era creíble el dolor demostrado por la misma y más bien parecía estar presentado un papel en cualquier teatro.
La familia y los cercanos a Kirchner guardaron las formas, que en definitiva demuestran templanza, a nadie se le ocurriría pensar que la Moni Argento sufría esta pérdida mas que su compañera de toda la vida y el fruto de esa relación que son sus hijos. Demasiado fue para quienes somos opositores al gobierno actual, que no nos hayan permitido expresar la consternación ante la muerte de una persona vital del ámbito político, entorno que transitamos. Diferentes ideas, distintos procedimientos, pero fines similares.
Por eso el grito insultante proferido por la actriz devenida en militante, a los Presidentes de los Bloques de la UCR del Senado y el Congreso de la Nación Gerardo Morales y Oscar Aguad, al Presidente del Partido Ernesto Sanz y a Ángel Rosas “¿Qué hacen aquí H de P? Si ustedes lo querían ver muerto” acompañado del llanto desgarrador, estuvo de mas. Si en vez de dedicarse solo a las tablas, se hubiera instruido un poco, sabría que la UCR es el partido que pone por sobre todas las cosas, el respeto por las instituciones y su consigna mas conocida es “somos la vida, somos la paz”. Los militantes de verdad no deseamos la muerte de ningún opositor, deseamos ganarles en las urnas. Nada más. Es penoso que la cómica haya quedado atrapada en su personaje. Ahora siempre será la “Moni Argento”
Por Irma Gerch
Tesorera del Comite Capital de la UCR
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