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La organización ambientalista exigió transparencia en la información en torno a la explosión ocurrida hoy a las 11.45 (6:45 hora local) en la central atómica de Marcoule en el sur de Francia, que ya provocó un muerto y tres heridos de gravedad.
Mauro Fernández, integrante de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace declaró: “Estamos ante una situación muy delicada: a seis meses de Fukushima la industria nuclear produce otra muerte y tres heridos. La falta de comunicación transparente e inmediata, pone en riesgo a las comunidades cercanas a la planta por las potenciales fugas radiactivas”.
La planta de tratamiento de residuos nucleares de Marcoule, propiedad de la empresa francesa EDF (Électricité de France), trata los desechos radiactivos de las compañías EDF y Areva. La planta no está incluida en la auditoria que el gobierno francés exigió para las instalaciones atómicas, ni en las recientes inspecciones de la Autoridad de Seguridad Nuclear.
“Esto deja en evidencia una vez más el alto riesgo con el que nuestros gobernantes están jugando al decidir invertir en energía atómica”, sostuvo Fernández, y agregó que “es incomprensible cómo el Gobierno Nacional avanza con planes nucleares cuando el mundo está pagando las consecuencias de esta histórica falta de visión política y energética”.