jueves, 20 de enero de 2011

CARNAVALES COLORIDOS Y CON TRADICIÓN


sociedad

Música guaraní, máscaras, comparsas, murgas, carrozas y mucho color, se ve y se vive en las diferentes ciudades de Paraguay durante febrero y marzo por los carnavales que año tras año disfrutan los habitantes y visitantes del país.

Entre los destinos que se destacan se encuentran Encarnación y Villarrica, sedes de los mejores corsos del país, quienes siempre entran en competencia; una forma de vivir los festejos que ya es tradicional. Encarnación es conocida como “la capital del carnaval”, en tanto Villarrica se adjudica el título de “república del carnaval”.

Es interesante saber que no son los únicos corsos para conocer, en algunas otras ciudades como Caacupé, en el Departamento de la Cordillera; Caaguazú, en la zona central de la región oriental; San Ignacio (Misiones), fiestas que lograron también notoriedad, junto con el carnaval ecológico de Atyra (en la Cordillera), son motivo de atracción para mucha gente. Otro carnaval diferente es el llamado “Areté Guazú” (Gran Fiesta), que se celebra en María Auxiliadora-Chaco Central y donde se concentran todas las comunidades guaraníes de la zona.

Febrero es el mes para vivir estas fiestas y Encarnación hará su convocatoria todos los fines de semana: 4 y 5; 11 y 12; 18 y 19, y 25 y 26. Todas las entidades sociales y deportivas participarán con carrozas, comparsas, murgas, bandas, batucadas y la belleza de sus reinas, bailarinas y pasistas. El conjunto adquiere ribetes brillantes y es seguido por concurrencias multitudinarias.
Encarnación tiene una larga trayectoria en la organización de los corsos del carnaval. Ayuda a su éxito la contribución cultural de los grupos de inmigrantes llegados en otras épocas y quienes se identificaron con la población local y regional con el acervo propio de su origen.

Los corsos de Encarnación se han convertido en verdadera atracción tanto para los oriundos como para los visitantes. Las ciudades vecinas de Argentina y las más cercanas del Brasil concurren masivamente a estas fiestas. Los hoteles se colman y los restaurantes trabajan a plena capacidad. Por su parte, el sambódromo se llena cada noche con el bullicio de miles de seguidores. Según los organizadores, los carnavales encarnacenos tienen más de 80 años de vigencia y se constituyen en una expresión cultural y social que caracteriza a esta sureña ciudad. Esta edición demandará unos 3.000 millones de guaraníes, suma que da pauta de la magnitud del evento.

En tanto que los corsos guaireños se prevén para la última semana de febrero y la primera de marzo. En este año, en ellas resaltarán figuras conocidas de la televisión local y artistas nacionales. Como una de las primeras actividades que darán inicio a las fiestas de carnaval del Guairá, elegirán a las reinas y al rey Momo 2011, quienes posteriormente encabezarán las jornadas dedicadas al bullicio y la alegría, marcadas para el viernes 25 y sábado 26 de febrero, el viernes 4 y el sábado 5 de marzo.

Por su parte el Carnaval Ecológico de Atyrá, se considera así porque ésta es la ciudad más limpia del Paraguay. Por ello, la comunidad, en función a ese concepto de limpieza, realiza todas sus iniciativas bajo temas ambientales y ecológicos.

Ya en la ciudad de San Ignacio - Misiones, las jornadas de carnaval, además de la participación local, cuentan con la presencia de los grupos que integraron las fiestas de otras ciudades, teniendo como resultado eventos bastante animados y llenos de brillo y color. Caacupé, en tanto, es famosa por sus jornadas de carnaval con muñecos gigantes, murgas y carrozas alegóricas con temas mitológicos. Los carnavales en Caacupé concentran a un gran público porque la zona de la Cordillera es la que recibe en números importantes, el mayor contingente de turistas del Paraguay.

Por último, el carnaval de las comunidades de las parcialidades guaraníes del Chaco Central, se celebra también en febrero. A este se lo denomina “Arete Guazú” (Gran Fiesta), donde se mezcla lo ritual con lo profano, según la creencia de los antiguos pobladores. Es una fiesta donde, a través de los rituales se rinde culto a los “agueró” (abuelo) y se piden las gracias para que las cosechas del año sean buenas y la prosperidad de los guaraníes sea real. La fiesta dura varios días y se caracteriza por el abundante consumo de la “chicha”, obtenida de la fermentación de frutas, granos y semillas, especialmente del algarrobo.