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Es lamentable el fallecimiento del oso polar Arturo, ocurrido este domingo en la ciudad de Mendoza.
“Arturo fue un caso testigo. Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación” dijo Soledad Sede, del equipo de Campañas de Greenpeace. “Recordemos que no era el único animal en cautiverio y en pésimas condiciones, sino sólo un ejemplo más de cómo funcionan actualmente la mayoría de los zoológicos de nuestro país, priorizando la exhibición con fines comerciales y recreativos por sobre la conservación y el bienestar animal”.
El animal tenía 31 años y 23 los vivió en cautiverio, en condiciones precarias en el zoológico de esa provincia. A pesar del pedido de la organización ambientalista de que fuera traslado a un centro de conservación en su ecosistema de origen, las autoridades de esa provincia determinaron que la salud de Arturo no le permitía afrontar el viaje de relocalización y pasó sus últimos tiempos en la región de Cuyo donde su existencia no realizó ningún aporte a la conservación de esta especie en vías de extinción.
Greenpeace, como cada vez más organizaciones y personas, se opone a la existencia de los zoológicos tal como se los conoce en la actualidad. Estos establecimientos deben transformarse en centros de conservación de especies y de educación ambiental. “La gran pérdida de biodiversidad que afrontamos a nivel mundial nos obliga a comprometernos con la vida salvaje; a no retener animales de otros ecosistemas en nuestra región y a ocuparnos de preservar los autóctonos. Sólo poniendo en el centro de sus objetivos la conservación lograremos evitar que la historia de Arturo se repita.” Finalizó Sede.
La organización solicitó en 2014, el pedido por la reubicación de Arturo juntó más de 160 mil adhesiones.