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En el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, el Secretario General de la ONU exhortó a recordar a las víctimas de ese flagelo y a reflexionar sobre los avances realizados hacia la eliminación de todas sus formas contemporáneas, como el trabajo forzoso, el trabajo infantil en sus peores formas, el matrimonio forzado, el trabajo servil y la trata de personas.
Ban Ki-moon recordó que la celebración de este año coincide con el 90º aniversario de la Convención sobre la Esclavitud, firmada en 1926. Consideró que, aunque hay razones de aliento por la disminución del número de niños sometidos a las peores formas de trabajo infantil, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), casi 21 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso y viven atrapadas en situaciones de explotación extrema, y entre ellos aún hay menores.
Añadió que con demasiada frecuencia, aquellos que sufren múltiples formas de discriminación, como las mujeres, los menores, los pueblos indígenas, las minorías y las personas con discapacidad, son también extremadamente vulnerables a la explotación y los abusos.
El titular de la ONU destacó que el creciente aumento de la penalización de la migración ha aumentado la vulnerabilidad de millones de personas que huyen de los conflictos.
Expertos de la ONU en derechos humanos también divulgaron un comunicado para la jornada y afirmaron que no es posible tolerar más los abusos y explotación a los que se somete a niños, que son tratados como esclavos de la vida moderna.
Los relatores defendieron la rehabilitación de los menores que son víctimas de esa práctica.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible pide a la comunidad internacional la adopción de acciones inmediatas y medidas eficaces para erradicar el trabajo forzoso, la esclavitud moderna y la trata de personas. ONU