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Con pequeños cambios diarios podemos fortalecer el sistema inmune de los niños para que comiencen el año lectivo a pura energía.
El fin del verano y el retorno a las actividades implica volver a una rutina ya olvidada. Dietas poco saludables, descanso entrecortado, días enteros de juegos y una elevada exposición al sol son los principales ingredientes de las vacaciones. Esta rutina sostenida en el tiempo puede generar un desequilibrio en el correcto funcionamiento de las defensas y desencadenar enfermedades.
El regreso al cole y las actividades diarias puede convertirse en una tarea difícil y afectar fundamentalmente al estado de ánimo de los más chiquitos, quienes desearían que las vacaciones no terminen nunca. Los papás deben estar atentos a estos posibles cambios y chequear la salud de los niños antes de volver a la escuela.
Muchas enfermedades pueden ser prevenidas con un calendario de vacunación al día, cambios en hábitos incorrectos y visitas periódicas al pediatra, odontólogo, otorrinolaringólogo y oftalmólogo, entre otros.
La escuela, guarderías y plazas son lugares de transmisión de una gran cantidad de enfermedades y es complicado evitar que los niños se enfermen, debido al contacto con otros niños y la fragilidad propia de su cuerpo. Pero eso no significa que los pequeños de la casa tengan que estar siempre enfermos.
Lograr un sistema inmunológico fuerte es el primer paso. Él será el encargado de defender al organismo ante las infecciones, como las bacterias y los virus. Cuando el sistema inmune está menos activo que lo normal decimos que el paciente tiene una baja en sus defensas, lo cual lo torna más susceptible a contraer infecciones. Es por eso que resulta fundamental el buen estado del sistema inmunológico para prevenir y combatir diversas enfermedades.
En la mayoría de los casos las infecciones a repetición dan un indicio de “bajas defensas”, hay otros factores como el cansancio elevado, dolores musculares sin justificación y alteraciones del cabello, que pueden indicar un mal funcionamiento del sistema inmunológico. Se debe estar atento a estos síntomas y acudir al médico de forma inmediata.
Guía de hábitos saludables para los más pequeños
• Alimentación: Se debe realizar una dieta con alto consumo de frutas y verduras. Consumir proteínas y carbohidratos para mantener la generación y reparación celular y el estado energético óptimo. Para poder conseguir que los niños coman de todo, es interesante implicarlos en la compra y preparación de los alimentos, como una actividad divertida de descubrimiento de nuevos sabores y texturas.
• Deporte: Se trata de una estupenda costumbre que los beneficia tanto a nivel físico como mental. Los ayuda a relacionarse, asimilan mejor los valores del equipo y de la solidaridad y además, duermen mejor por las noches. El ejercicio regular y controlado mejora el estado anímico, fortalece el estado cardiovascular, ayuda al control del peso y aumenta las defensas.
• Recreación y actividades artísticas: Este tipo de actividades son importantes para el desarrollo del niño, favorecen el aspecto social y emocional de los niños.
• Tiempo al aire libre: Que los niños tomen el sol de forma moderada es fundamental para que su cuerpo asimile mejor la vitamina D.
• Hábitos de higiene: Ayudarlos a que tengan hábitos de este estilo, como lavarse las manos antes de comer y tras ir al baño y ventilar su cuarto, evitan en cierta medida los contagios.
• Descanso: Muchas funciones reconstituyentes y reparadoras se realizan durante el sueño. El sueño debe ser de unas 7 a 8 horas aproximadamente. Deber ser de corrido, sin interrupciones y sobre todo reparador.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”